L’home del vol vertical no es una historia decimonónica, aunque recrea los felices años veinte del siglo pasado. Es una historia actual que habla de las desigualdades sociales, del poder y de los sueños de las personas.

Sinopsis

Pere Sastre Obrador, fue un campesino de Llucmajor (Mallorca) con un cerebro privilegiado que reflejado por los avances de su tiempo, a principios del siglo XX, diseñó y construyó un prototipo de helicóptero. Éste es el leit-motiv que nos empuja a contar una historia que va más allá de este fantástico suceso. Hemos rascado dentro de la pasada centuria, desde el gemelo de los años veinte hasta los días finales de la segunda república, unos años vertiginosos de ideas y progreso como nunca se había visto, donde especialmente destacó la carrera aeronáutica que fue liderada por Francia y Estados Unidos. Pero sin embargo Pere Sastre, Pere de Son Gall, hizo que Mallorca también formara parte de esta carrera y es aquí donde nosotros incidimos en nuestra propuesta. Una propuesta dentro de la línea de la compañía, que lejos de querer hacer un espectáculo anecdótico y decimonónico, -al margen de ser un trabajo históricamente riguroso dentro de las licencias que la ficción permite-, nos sirve para hablar de Mallorca, de los mallorquines y mallorquinas, de los temas que nos han desdibujado como sociedad, y nos han otorgado el sello de ser una tierra conservadora que prácticamente pasó de la actividad primaria al turismo, dejándose, mayoritariamente por el camino, la herencia cultural, rechazando la innovación tecnológica y abocándose a las desigualdades sociales.

Idioma:
Catalán
Edad:
todos los públicos
Sinopsis

Pere Sastre Obrador, fue un campesino de Llucmajor (Mallorca) con un cerebro privilegiado que reflejado por los avances de su tiempo, a principios del siglo XX, diseñó y construyó un prototipo de helicóptero. Éste es el leit-motiv que nos empuja a contar una historia que va más allá de este fantástico suceso. Hemos rascado dentro de la pasada centuria, desde el gemelo de los años veinte hasta los días finales de la segunda república, unos años vertiginosos de ideas y progreso como nunca se había visto, donde especialmente destacó la carrera aeronáutica que fue liderada por Francia y Estados Unidos. Pero sin embargo Pere Sastre, Pere de Son Gall, hizo que Mallorca también formara parte de esta carrera y es aquí donde nosotros incidimos en nuestra propuesta. Una propuesta dentro de la línea de la compañía, que lejos de querer hacer un espectáculo anecdótico y decimonónico, -al margen de ser un trabajo históricamente riguroso dentro de las licencias que la ficción permite-, nos sirve para hablar de Mallorca, de los mallorquines y mallorquinas, de los temas que nos han desdibujado como sociedad, y nos han otorgado el sello de ser una tierra conservadora que prácticamente pasó de la actividad primaria al turismo, dejándose, mayoritariamente por el camino, la herencia cultural, rechazando la innovación tecnológica y abocándose a las desigualdades sociales.

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