Sinopsis
Según el mito bíblico, Judith era una bella dama judía que logró cortar la cabeza al general del ejército enemigo Holofernes, después de haberle embriagado y seducido. El sujeto fue de inspiración para numerosos artistas y pintores, entre otros Caravaggio, Goya y Klimt, que representan este icono a través de imágenes eróticas y sensuales. Su rostro delicado y bello contrasta con el hecho de que acaba de decapitar un hombre. Seductora y asesina, Judith es un personaje amenazante para el artista y el espectador, que despierta fantasías temerosas y violentas, mezcladas con un concepto erotizado de la muerte. ¡Sus acciones están determinadas por la pasión!
A diferencia de la Judith bíblica, nuestra Judith mata no para defender su pueblo, y si para defender a si misma; es una una mujer fuerte y sensual pero mortalmente herida de amor, que llega a cortar la cabeza de su hombre para poderla encerrar en una jaula, para que el no pueda escaparse y esté condenado a quedarse con ella para siempre. Al mismo tiempo, también su misma cabeza está en jaula, lo que desvela su cara grotesca y patética.
En tres distintos retablos Judith se materializa, sale de los lienzos pintados y se encarna respectivamente en sombras, mujer pájaro y cuerpo agujereado de mujer embarazada.
Espectáculo erótico-intimista para sombras y cuerpos poéticos.