Autorretrato de un joven capitalista español

Conocido, principalmente, como actor de cine y fundador de la compañía madrileña Animalario, Alberto San Juan se ha centrado, últimamente, en su faceta más combatiente y políticamente comprometida. Máximo responsable de la cooperativa Teatro del Barrio, ha dirigido Ruz-Bárcenas, con una innovadora dramaturgia de Jordi Casanovas, y ahora presenta este Autorretrato de un joven capitalista español, de nuevo en Barcelona, que ya lleva un tiempo representando en diferentes ciudades. El monólogo es un entretenido repaso del panorama político y social del Estado español desde la guerra civil hasta la crisis económica actual. Mezcla, con inteligencia humor y contenido informativo, centrando su discurso, muy documentado, sobre todo en un cuestionamiento de la Transición. San Juan domina bien la escena, tiene carisma y un gran sentido del espectáculo. Se agradece también que hable sin pelos en la lengua, encarnando la representación misma de la libertad de expresión. Desgraciadamente, la parte seria resulta, por momentos, demasiado densa. El actor y autor del texto tiene muy claro el mensaje que quiere transmitir y necesita dedicar muchos minutos, palabras y argumentos para convencer a la audiencia. Esto otorga a la propuesta un aire demasiado panfletario que, por suerte, se ameniza con anécdotas de su vida personal y cierta autoparodia sobre la decadencia de un galán a la cuarentena. Por lo tanto, más allá del acierto de su alegato y de su valor revelador, el formato hubiera requerido algo más de ingenio para evitar este regusto a conferencia o mitin que transmite en algunos pasajes. Por lo demás, es lo bastante interesante y divertido como para gustar a una gran mayoría de espectadores.

No hay nada más peligroso que acorralar a alguien, porque alguien sin salida es alguien sin nada que perder. Y algo así le debió de ocurrir a Alberto San Juan para liarse la manta a la cabeza y hacer Autorretrato de un joven capitalista español, un espectáculo en el que la historia de España y la biografía del actor se unen indisolublemente en un todo inclasificable pero cargado de verdad, humor y un gran control del escenario.

Alberto San Juan retrata España de la forma menos amable y hace un repaso de la transición para demostrar que el sistema en el que vivimos hoy en día está podrido desde sus raíces. Y lo hace de una forma amena, sencilla y mucho menos panfletaria de lo que se podría esperar. Al contrario, Alberto San Juan intenta presentar hechos y provocar el pensamiento. Y eso es muy de agradecer.

Autorretrato de un joven capitalista español es un espectáculo original y arriesgado y nos descubre (al menos a mí me lo descubrió) un actor de primera.

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Pensava que a fora d’aquí no hi havia vida, que pot ser érem éssers d’un altre planeta…,dons si !!!, no tot està perdut, encara hi ha gent que veu i diu les coses tal com són, sense por, sense embuts, d’una manera clara i concisa, amb humor i sarcasme. Clar i en castellà.

“Autorretrato de un joven capitalista español” és un monòleg escrit, dirigit i interpretat per Alberto San Juan, que fa un repàs de la historia d’Espanya des de l’any del seu naixement , 1968, fins avui. No ha deixat “títere con cabeza”, ha parlat dels bancs i els banquers, dels polítics i de l’Estat, dels empresaris i de les grans empreses, dels dictadors i dels dictats, dels militars , del diaris, de la cúpula i les grans esferes…

“Ahí dejo eso…”

Possiblement agradi o no el que Alberto San Juan ens diu, però el que si és cert , es que és un imprescindible que no us heu de perdre. Teniu de temps fins diumenge, no badeu !!!

Jo em quedo amb la seva última frase: “Perquè hi haurà un dia que no podrem més i llavors ho podrem tot” (Vicent Andrés Estellés)

“Ahí dejo eso…”

Esto es lo que exuda la pieza escrita, dirigida e interpretada por Alberto San Juan, y suerte de los toques de humor que nos dejan respirar, porque la crítica es feroz, y es que el chico está muy cabreado, y con razón, porque las cosas no han ido cómo se esperaba que fueran. Con una escenografía sobria, casi nada, y el juego de luces, nos ha regalado con más de dos horas de monólogo —¿es un monólogo?— cuando tenía que durar una hora y 25 minutos haciendo un repaso, desordenado, de la historia de España desde que él nació, hasta que se le hincharon las pelotas. Gran noche de teatro, monólogo, conferencia interpretada… chi lo sà.

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