Sinopsis
Helena Vidal, médica, directora de un Centro de Atención Primaria (CAP), cumple 50 años, y sus amigas, compañeras de clase al “Colegio del Sagrado Corazón de Jesús” le han preparado una fiesta sorpresa.
Allí encuentra muchas amistades que la dejan boquiabierta: amigos de infancia, la pandilla de la adolescencia, los colegas de la universidad, los compañeros de su CAP… Curiosamente, sólo falta Pol, su gran amor desde hace diez meses y con quienes vive una relación que lo llena de felicidad y la angustia a la hora.
Todo ello le despierta una multitud de recuerdos y de emociones, que se magnifica cuando va abriendo los regalos. La niñez, una adolescencia marcada por los tabúes del sexo, el matrimonio, la separación… Su rechazo a una sociedad que cree que las mujeres ya han conseguido los mismos derechos que los hombres, pero todavía las maltrata. Y un ejemplo: Si los hombres, a los 50 años, todavía se encuentran seductores, playboys, conquistadores, porque en las mujeres de 50 se las miran como si fueran yogures caducados?
Las interrogantes y las reflexiones son muchas, pero Helena, como tantas mujeres de su generación, no ha perdido la confianza ni la esperanza de un futuro mejor.
Catalán
Helena Vidal, médica, directora de un Centro de Atención Primaria (CAP), cumple 50 años, y sus amigas, compañeras de clase al “Colegio del Sagrado Corazón de Jesús” le han preparado una fiesta sorpresa.
Allí encuentra muchas amistades que la dejan boquiabierta: amigos de infancia, la pandilla de la adolescencia, los colegas de la universidad, los compañeros de su CAP… Curiosamente, sólo falta Pol, su gran amor desde hace diez meses y con quienes vive una relación que lo llena de felicidad y la angustia a la hora.
Todo ello le despierta una multitud de recuerdos y de emociones, que se magnifica cuando va abriendo los regalos. La niñez, una adolescencia marcada por los tabúes del sexo, el matrimonio, la separación… Su rechazo a una sociedad que cree que las mujeres ya han conseguido los mismos derechos que los hombres, pero todavía las maltrata. Y un ejemplo: Si los hombres, a los 50 años, todavía se encuentran seductores, playboys, conquistadores, porque en las mujeres de 50 se las miran como si fueran yogures caducados?
Las interrogantes y las reflexiones son muchas, pero Helena, como tantas mujeres de su generación, no ha perdido la confianza ni la esperanza de un futuro mejor.
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Silvia Alabart