Una charla con Oriol Broggi en el TNC

Redacció

Con motivo de las representaciones de La bona persona de Sezuan en el Teatre Nacional de Catalunya, el pasado jueves 28 de febrero se ofreció una muy interesante charla con Oriol Broggi, director de la obra. En la actividad, pudieron asistir espectadores y usuarios de Teatre Barcelona para escuchar, en primera persona, las interioridades del montaje, los secretos del texto, de la pieza y de la puesta en escena, en palabras del mismo Broggi.

El encuentro, realizado detrás de las taquillas del vestíbulo, resultó un gran éxito de asistencia. Todas las sillas preparadas por la ocasión, estaban ocupadas e, incluso, algunos de los asistentes quedaron de pie escuchando desde atrás. El acontecimiento tenía prevista una duración de 25 minutos pero, debido a las preguntas de los asistentes, muy interesados en varias cuestiones, se alargó hasta poco antes del comienzo del espectáculo.

La charla empezó con Broggi explicando el autor y el contexto de la obra, y cómo, desde La Perla 29, se había interesado por llevarla a escena. Bertolt Brecht es uno de los grandes clásicos del siglo XX que en La bona persona de Sezuan plantea una reflexión incómoda: ¿Cuáles son los límites de las buenas intenciones? Durante la exposición inicial, Broggi habló de la necesidad de desvincularse del concepto del Brecht director (la distanciación didáctica) para poder dirigir libremente desde una nueva visión, “como hacemos habitualmente con Shakespeare, por ejemplo”, dijo.

También comentó la responsabilidad de aprovechar y llenar escénicamente la Sala Gran del TNC, las dificultades técnicas pero también las grandes posibilidades que ofrece una oportunidad como ésta que “en espacios más pequeños no es posible llevar a cabo”. A continuación, habló de la gran suerte de contar con un equipo de actores con tanto talento, con especial mención a la protagonista, Clara Segura, su cómplice principal. A partir de una pregunta del público, comentó cómo la elección del reparto partía un poco de su figura y que, durante los ensayos, improvisaban cambios de personaje entre los secundarios.

Finalmente, después de una serie de preguntas sobre su trayectoria, la importancia de los nuevos lenguajes escénicos y la conexión con la generación de directores más rompedora de los años 70, Broggi concluyó deseando a los asistentes que disfrutaran mucho del montaje. Y, juzgando por la intensidad de los aplausos al finalizar la función, parece que así lo hicieron.

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