Un viaje a la China en busca de la bondad

Andreu Rami

Oriol Broggi dirige en la Sala Gran del Teatre Nacional de Catalunya uno de los grandes clásicos del siglo XX: La bona persona de Sezuan de Bertolt Brecht.

Protagonizada por Clara Segura i Joan Carreras, se ambienta en una China europeizada e imaginaria para plantear incómodas reflexiones a partir de la fábula de una empática prostituta que, después de acoger a unos dioses en su casa, se enfrenta a momentos difíciles y tendrá que travestirse para dejar de ser una persona bondadosa y defenderse de la agresividad del mundo que la rodea.

Broggi se aproximó al autor alemán con el montaje de La bona persona de Sezuan que Fabià Puigserver presentó en el Mercat de les Flors en 1988, protagonizado por Anna Lizaran. «Me dejó imágenes que me marcaron por siempre jamás», afirmaba en la presentación. El estreno en la Sala Gran servirá para reivindicar a un autor poco representado en nuestro país, y que el actual director del Teatre Nacional, Xavier Albertí, tenía ganas de volver a hacer valer. «A Brecht se le ha colgado un hashtag simplificador y reduccionista. Él hacía teatro de distanciación, esto quiere decir que en lugar de situar una historia en una cotidianidad la desubicaba, como pasa en este montaje, que se ambienta en una China inventada. Siempre decía que si quieres que una cosa hable de Munich, haz que pase en China».

Bertlolt Brecht escribió La bona persona de Sezuan durante su exilio en los Estados Unidos, y se estrenó en 1943 en el Schauspielhaus de Zurich, Suiza. Se enmarca dentro de la corriente del Teatro Épico, género por el que Brecht es conocido y que se caracteriza por la voluntad didáctica, que pretendía, más que generar empatía y emociones en el espectador, provocar reflexiones y debate en torno a la obra. «El teatro universal y Europeo no vuelve a ser el mismo después de Brecht», afirmaba el traductor Feliu Formosa, experto en la obra del alemán.

A pesar de ser uno de los renovadores de la escena del último siglo, cae sobre él la losa del antinaturalismo, la poca verosimilitud y emocionalidad. Si bien el autor esgrimía esta técnica para hacer reflexionar el público, Albertí reconoce que también lo ha alejado de nuevas generaciones, que lo han considerado «pasado de moda» y ha condicionado que la recepción del autor en nuestro país haya sido compleja y muy intermitente. «Lo hemos recibido de una manera mucho más irregular que en otras tradiciones teatrales y hemos tenido pocas experiencias con su lenguaje para saber como afrontarlo», afirmaba, realzando la universalidad del escritor alemán al que define como el padre de la teatralidad del s. XX. Para adaptarlo a los nuevos tiempos, Broggi ha decidido olvidar los postulados teóricos del autor y mirarlo con nuevos ojos, limpios de concepciones preestablecidas y prejuicios.

Cambios de identidad y la mejor escena de amor

La bona persona de Sezuan empieza como una gran comedia, y acaba como una gran tragedia«, bromeaba el director. «Es el éxito artístico de un fracaso. Los dioses bajan a la tierra a poner cordura y paz, y se van sin haber arreglado nada, encomendando a gente a que se apañe por sí sola». El protagonismo recae en Clara Segura, quien interpreta la prostituta Xen Té que recibirá la visita y favores de los dioses. «Clara despliega una impresionante forma actoral, gracias al cambio de sexo bajo el cual su personaje se defiende del entorno y la clientela de la tabaqueria que abre con una pequeña fortuna que le regalan los dioses, y dónde no puede vender el tabaco porque todo el mundo se lo fuma sin pagar. Los cambios de género son un gran juego teatral y son muy interesantes porque permiten poner en entredicho la identidad y personalidad de los personajes», afirmaba el líder de La Perla 29. «Cuando algún día somos lo que no queremos ser, podemos hacer cosas con otro gusto, nos permitimos hacer aquello de lo que siempre nos hemos privado», añadía Segura, quien también ha redescubierto al autor al adentrarse de nuevo en su obra. «Brecht es muy sorprendente. y tiene una grandísima riqueza. Está lleno de poesía, y además, en este montaje nos regala una de las escenas de amor más bonitas y bien escritas del teatro contemporáneo».

Joan Garriga viaja al oriente

La música tiene una presencia y dimensión importante en este montaje. Si bien Brecht dejó escritas unas canciones en el texto original, y a menudo se representa la partitura de Ulrico Georg Früh con la que se estrenó el montaje, Oriol Broggi se ha vuelto a apoyar en el talento de Joan Garriga (La Troba KungFu), con quien ya había confiado en Bodas de Sangre, Giglamesh, y L’orfe del Clan dels Zhao para recrear una banda sonora de 16 canciones «muy populares» inspiradas en las músicas orientales y el folk europeo, que le han permitido descubrir «muchos nexos comunes interesantes entre la música oriental y la nuestra».

Completan el amplio reparto una compañía con intérpretes de primera línea, habituales de las producciones de La Perla 29, entre los cuales hay Míriam AlamanyMàrcia Cisteró, Jordi Figueras, Toni Gomila, Mercè Pons, Albert Prat, Clara de Ramon, Marc Rius, Xavier Ruano y Ramon Vila.

El espectáculo se podrá ver del 31 de enero al 17 de marzo en la Sala Gran del Nacional, antes de empezar una gira que les llevará a Manacor, Tarragona, Terrassa, Sant Cugat del Vallès y al Kursaal de Manresa. Edad recomendada: a partir de 12 años.

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Andreu Rami
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