El Centre de les Arts Lliures de la Fundación Joan Brossa alberga la nueva producción de Sixto Paz: El més bonic que podem fer, una historia donde el autor Jan Vilanova homenajea a su abuela que escapó de dos guerras y vivió en la clandestinidad y el exilio. Pau Roca asume la dirección y el papel protagonista del montaje junto a la bailarina Montse Colomé.
El més bonic que podem fer es una pieza dedicada a la memoria histórica y personal, a las mujeres anónimas y valientes que han forjado en el siglo XX, como Carmen Urondo Ezcurrechea, personaje protagonista y abuela del autor, que se fue en la URSS con los niños de la guerra y acabó siendo teniente del Ejército Rojo. La historia teatral parte de un taller de constelaciones familiares que su nieto decide hacer por encontrar respuestas a las preguntas que plantean los silencios, las cosas no dichas dentro de su familia.
Jan Vilanova escribió este texto como homenaje a su abuela con el objetivo de entender qué es, cómo recibimos y cómo nos afecta la llamada herencia emocional: «Quería hablar de la herencia emocional, de cómo a las familias les grandes no hablan de sus traumas y heridas para que no lleguen a las generaciones posteriores». La pieza arroja preguntas y actúa como una herramienta terapéutica para reconocer lo que dentro de las familias se transmite de generación en generación, pero que, paradójicamente, se silencia. El més bonic que podem fer el público también tendrá su protagonismo: la compañía animará a los asistentes a pensar en sus abuelos y abuelas y ha compartido sus vivencias y testigos.
La obra conecta indirectamente con la situación actual en Ucrania y Europa. Una Europa que nació de la experiencia de guerra de la que esta mujer fue testigo con una implicación que ha marcado emocional y profesionalmente a toda la familia del autor.
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