Dogville, la impactante historia sobre el bien y el mal de Lars Von Trier, llega a el Teatre Lliure en una nueva versión que firman Sílvia Munt y Pau Miró, acercando la historia a la actualidad y a la cultura mediterránea y subrayando el papel de la mujer. «La obra reflexiona sobre nuestra hipocresía. La protagonista empieza huyendo y acaba huyendo. ¿De qué escapa? Yo creo que del relato masculino», ha declarado Pau Miró, corresponsable de la dramaturgia.
Dogville: un poble qualsevol es el título elegido para esta adaptación para «diferenciar la obra de teatro de la película y avisar al espectador de que no verá lo mismo que en el largometraje», ha aclarado la dramaturga y directora. Bruna Cusí interpreta a la protagonista, una mujer que, como en la obra original, llega a una pequeña localidad huyendo de un padre corrupto y de una familia donde se ha sentido abandonada. La actriz ha calificado el papel como «el reto más grande que he tenido profesionalmente en teatro».
En esta versión, Sílvia Munt ha eliminado los paralelismos religiosos de la obra y ha centrado la narración en la hipocresía de un grupo de personas que se sienten autorizadas a explotar a una emigrante porque la han acogido cuando podían haberla rechazado y, por tanto, consideran que está en deuda con ellos. También ha enfatizado el hecho de que la forastera sea una mujer, porque «los mecanismos de explotación son diferentes para ellas».
Por su parte, David Verdaguer da vida a «un personaje idealista pero cobarde», según sus palabras, que da pie a abordar temas tan complejos como «el poder del grupo sobre el individuo, el poder del líder sobre el grupo y la familia como espacio donde esconder los pecados, los miedos y las dudas». Pero el tema central de la obra es «el mal que habita dentro de todos nosotros, este mal que llevamos dentro y que aflora sin pensar», ha concluido Sílvia Munt.