El tigre, la nueva comedia de Ramon Madaula, se podrá ver del 29 de mayo al 22 de junio en el Teatre de l’Espai Texas. Después de una veintena de funciones por Catalunya, se estrenará en Barcelona, donde podrá verse durante cuatro semanas.
Dirigida por el propio Madaula y protagonizada por Mercè Martínez y David Olivares, El tigre parte de un encuentro entre un reconocido especialista en desarrollo personal -de lo contrario dicho coach-, que debe hacerse unas fotografías por un suplemento, y una fotógrafa, que está pasando por un mal momento personal. El coach intentará transmitirle positividad, con todo tipo de recetas motivacionales, hasta que una serie de eventos irrumpirán en su vida y deberá aplicarse su propia medicina cuestionando sus aclamadas teorías sobre la felicidad.
«Un reputado estudioso de la felicidad…me confesó que él no era feliz y le agradecí la confesión, me tranquilizó»
El tigre nace de la propia experiencia del autor y director del espectáculo. «Conocí a un prestigioso estudioso de la felicidad estadounidense que tiene libros escritos y hace charlas por el mundo entero divulgando la fórmula de la felicidad», explica Madaula: «Un día me confesó que él no era feliz y le agradecí la confesión , me tranquilizó». Sigue explicando: «El hombre sabía científicamente cómo ser feliz, pero no era capaz de aplicárselo. El éxito conseguido divulgando la fórmula de la felicidad no le dejaba ser feliz».
El título del espectáculo hace referencia a la metáfora del tigre, ésta representa cómo la ansiedad (representada por un adorable tigre adoptado) comienza como un pequeño problema que vamos alimentando, hasta convertirse en un monstruo que controla la vida. «El tigre siempre está ahí, al acecho, recordándote que tarde o temprano se te zampará», dice Madaula: «Quizás, no lo sé, la única manera de mantener el tigre a raya es no vivir tan pendientes de ser felices».
El tigre cuestiona la ola que ha habido estos últimos diez años, procedente de Estados Unidos, en torno a teorías como la psicología positiva, que vienen a decir que la culpa de no ser felices es de las propias personas, o teorías contrapuestas que normalizan la tristeza: «Tantos unos como otros acaban venden libros, aplicaciones para los móviles, podcasts, entradas para asistir a TEDS… y nos van consumiendo y ellos se van enriqueciendo».
Después de comedias como Adossats, Els Brugarol, Els Buonaparte o Conqueridors, el autor reconoce sentirse más cómodo en este género, que le permite «ironizar sobre cosas que más o menos nos han pasado a nosotros o a nuestro entorno».
Madaula no quiere que los espectadores vengan a sufrir, sino «tranquilos, relajados» e insiste en que «se entiende todo, no es larga, tiene mucho ritmo, tiene giros de guión inesperados y habla de nosotros» y afirma que trabajar con Martínez y Olivares «es un regalo ya que son dos grandísimos actores de comedia, pero de comedia fina, porque los dos saben tocar muy bien la parte trágica».
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