ENTREVISTA

Natalia Sánchez: "El catalán es una lengua muy intuitiva"

La actriz junto a Sílvia Bel, Míriam Iscla, Sara Espígul y Natalia Sánchez protagoniza 'FitzRoy. Cuatro mujeres al límite', la nueva comedia de Jordi Galceran dirigida por Sergi Belbel

Manuel P. Muñoz

Lo pillamos entre ensayos, a punto de partir hacia Albania para rodar un filme que coprotagoniza con William Baldwin. Actriz infatigable, nacida en Madrid en 1990, desde los 12 años ha sido un rostro habitual de series de éxito de televisión. La vida da muchas vueltas y ahora entra en el teatro catalán por la puerta grande, protagonizando FitzRoy, la nueva comedia de Jordi Galceran en la que pondrá en práctica por primera vez su flamante catalán aprendido en tiempo récord.

Teatro Barcelona: FitzRoy será la primera obra en catalán, una lengua que has aprendido a la perfección en sólo cuatro años, ¿cierto?

Natalia Sánchez: Sí. Hice un corto, pero éste es el primer trabajo oficial y estará en el teatro. Me da mucha, mucha ilusión, y también respeto. Es una lengua que me siento ya mía, pero además estaré muy bien rodeada de profesionales y lingüistas.

¿Cómo ha sido el aprendizaje?

Fue muy rápido porque es una lengua muy intuitiva. Me ayudó Marc Clotet, mi pareja, aunque todavía hay mil cosas que debo preguntar. Acabaré de aprenderlo cuando mis hijos empiecen a escribir en la escuela.

¿Qué es FitzRoy ?

Una comedia inteligente sobre cuatro mujeres que están a punto de subir al Fitz Roy, el pico más alto entre Argentina y Chile, y entonces pasan cosas que no puedo desvelarte. Es un texto maravilloso que ha escrito Jordi Galceran [El mètode Grönholm, El crèdit]. Estrenamos el 7 de febrero en el Borràs.

Estarás bien rodeada en el reparto: Míriam Iscla, Sílvia Bel, Sara Espígul…

Cuando al principio explicaba el proyecto todo el mundo me decía que no podía estar mejor acompañada, y es cierto, me dan muchas ganas de trabajar con ellas. En Madrid he hecho bastante teatro con gente muy potente y directores fantásticos, pero estrenarme así en Barcelona, con estas actrices y Sergi Belbel en la dirección, esto es entrar por la puerta grande en el teatro catalán.

Comedia sobre mujeres interpretada por mujeres, ¿por qué no es un formato más habitual?

Nos queda todavía muchísimo por hacer y, de hecho, la obra también habla de esto, de los estereotipos de género, de las relaciones entre mujeres, para romper con las ideas preconcebidas, para dar voz y alas al poder femenino.

«Son mujeres reales y experimentan las contradicciones que vivimos como mujeres todos los días»

Tu personaje, Laura, encarna unas cuantas contradicciones, ¿no?

Aunque de entrada es una comedia, también tiene algunas partes de tragedia. Son mujeres reales y experimentan las contradicciones que vivimos como mujeres todos los días. Como mi personaje, que cree que no le importa lo que piensen de ella, pero luego quiere operarse las tetas. A través de la comedia, es un texto que invita a reflexionar.

Tantos años después, ¿qué relación tienes con Teté, tu emblemático personaje de la serie ‘Los Serrano’?

Una relación de cariño absoluto hacia el personaje y de mucha ternura hacia aquella época, hacia la experiencia que supuso, que todavía ahora me trae muchas alegrías. La serie está envejeciendo muy bien, creo que había valores que todavía están vigentes para las nuevas generaciones que están descubriéndola.

Ahora que están tan de moda, ¿nos sorprenderá con un remake de Los Serrano?

Es un tema que planea en el aire, pero quien debería encargarse no lo hará. Ya lo hemos hablado y no es posible. Es una pena, aunque afortunadamente nos queda el buen recuerdo.

Has seguido muy ligada a la televisión, a series de éxito. ¿Cómo has visto la evolución del audiovisual en estos últimos 20 años?

Antes teníamos cinco cadenas con presupuestos gigantes y nadie se preocupaba por el dinero. Las condiciones eran espectaculares: teníamos doble unidad, gravábamos con cuatro cámaras. Ahora sólo hay una y la precariedad está en todas partes desde la crisis del 2008. También los formatos han cambiado, hemos aprendido mucho y se ha abierto un universo de posibilidades. Ahora existen proyectos filmados con el móvil que pueden llegar a todo el mundo. Se ha modificado la manera de trabajar en general, pero es bueno y debemos adaptarnos para no quedar atrás.

¿Te costó dar el salto de la pantalla a la escena?

Es una técnica completamente distinta. En el cine tienes una pantalla de 12 metros para poner tu mirada, y con un pequeño gesto llegas a todo el mundo. Pero en el teatro debe entenderse tu lenguaje a escala del cuerpo, y con un gesto debes llegar a la última fila. Encontrar la naturalidad en un estado no natural es muy complicado y necesitas despertar otro tipo de inteligencia más corporal.

Tienes cerca de 500.000 seguidores en Instagram. ¿Te consideras una influencer?

No me siento una influencer, pero es cierto que tengo una actividad continuada en redes sociales. Yo las uso como una herramienta porque me va muy bien a nivel personal, porque siento mucho el apoyo de la gente. También para compartir cosas que son útiles, por ejemplo la maternidad, que es una época de la vida muy solitaria y creo que haciendo red ayudas y te ayudan. Tengo la suerte de tener a unos seguidores y seguidoras respetuosas, amorosas. Hagamos una comunidad muy bonita.

¿No tienen también las redes un lado negativo?

Por supuesto, son peligrosas también, porque son un bombardeo constante de información no contrastada, porque existe una exigencia con el físico brutal, una idealización de la vida y del bienestar emocional que no hace ningún bien. Pero, en general, puedes encontrar consejos y herramientas, gente guapa, como en todas partes.

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Escrito por
Manuel P. Muñoz

Periodista especializado en artes escénicas. Director de la revista Entreacto y crítico teatral de El Periódico de Catalunya.

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