La Petita Malumaluga estrena un nuevo espectáculo que aborda cuestiones como la diferencia, el origen, el género y la sexualidad o la discapacidad. Se podrá ver el 15 y 16 de julio en el Mercado de las Flores dentro del Festival Grec.
«Igual que me niego a pensar que a los niños sólo se les puede dar menú infantil -macarrones y carne rebozada- y que hay que educarlos el paladar, creo que también hay que ofrecerles un menú variado en artes escénicas y propuestas no infantilizadas», defiende Albert Vilà, dramaturgo y codirector con Eva Vilamitjana de My baby is a queen. La compañía La Petita Malumaluga, dedicada a los bebés ya la primera infancia (de 0 a 4 años), artífice de éxitos como Bitels per a nadons (concert tribut a The Beatles), presenta un nuevo espectáculo que aborda cuestiones como la diferencia, el origen, el género y la sexualidad o la discapacidad.
«No pretendemos aleccionar, pero sí tratar temas importantes que nos interesan, con un lenguaje adulto, diferentes capas y total naturalidad». No es la primera vez, algunos de sus espectáculos ya han hablado de la banca, la muerte o la homosexualidad. Y como se explican, cuestiones como éstas, bebés y niños pequeños? «Me gusta poner como ejemplo el método de la guardería de mi hijo. Allí les dejan desnudarse, analizarse y ver quiénes son y quién dejan de ser mirando los otros. Siempre con el acompañamiento del adulto, claro ». Aquí es uno de los bailarines, en este caso con falda, quien se explora a sí mismo, a través del movimiento, para descubrir quién es.
Con siete intérpretes en el escenario, cuatro bailarines y tres músicos, el espectáculo integra totalmente los espectadores en un espacio de 360º donde los adultos se sientan en círculo y los niños pueden moverse libremente y explorar. Aparte de la música en directo y la danza, «hemos trabajado con el volumen y las alturas. Hay, por ejemplo, un árbol móvil lleno de espejos que se va esparciendo por sobre las cabezas de los espectadores. También hay elementos tecnológicos importantes, como la grabación y proyección en directo de la mirada de los espectadores».
Este verano harán una gira por Asia, América y el norte de Europa. «Estamos desbordados y sorprendidos», dice Vilà del éxito de la compañía. Una de las claves es, quizás, que piensan «a la africana o la flamenca», es decir, en un tipo de espectáculos compartidos por toda la familia. «A mí me gustaría ir al Jamboree o al Liceu con mi hijo, pero no puedo porque no me dejan. La Petita Malumaluga nace en parte de esta necesidad. Queremos que el hecho teatral pueda ser como hace 400 años, cuando familias enteras iban juntas a ver las obras de Shakespeare con los bolsillos llenos de tomates».
Texto y fotografías del ensayo en el TNC: Mercè Rubià