'Muñeca de porcelana', una colonoscopia del poder protagonizada por José Sacristán

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David Mamet dice que Muñeca de porcelana es mejor que el sexo oral; José Sacristán asegura que es una colonoscopia del poder. Titulares servidos en bandeja aparte, nos encontramos ante la primera producción que se hace en el mundo del texto del dramaturgo de Illinois después de la representación original, en Broadway, protagonizada por Al Pacino. En Barcelona, ​​se podrá ver del 1 de febrero al 12 de marzo.

A sus 80 años, José Sacristán no para: series, películas, teatro… Asegura que incluso se ha adelgazado 12 kilos y le cabe la ropa de Asignatura pendiente, la película que rodó bajo las órdenes de de Garci en 1977. Ahora llega durante seis semanas en el Teatro Poliorama para interpretar Mick Ross, un millonario corrupto involucrado en el mundo de la política que está a punto de casarse con su joven prometida, a quien ha regalado un avión como regalo de bodas. Su intención es jubilarse y dedicarse a ella en exclusiva. Durante su último día en la oficina, instruye a su joven ayudante para poder atender sus negocios desde la distancia. Pero antes de irse, recibe una llamada que desearía no haber recibido.

Este es el punto de partida de una pieza donde Mamet disecciona el poder político y económicoy que, según el actor,   nos puede recordar la realidad actual con Trump al gobierno de Estados Unidos, pero que es extrapolable a todas las latitudes, también la nuestra. «Vemos un hombre instalado en el poder y que disfruta de sus privilegios. Cuando se le desmonta la situación no es por justicia, sino por un poder corrupto aún más fuerte «.

Sacristán, sin embargo, asegura que siempre actúa como un firme «abogado defensor» de sus personajes, por lo que incluso con Mick Ross ha encontrado puntos de encuentro. «Firmaría todo lo que dice de sus adversarios, todas las acusaciones que hace de la clase política, a pesar de que lo hace para salvarse en un determinado momento».

Javier Codina interpreta el ambicioso ayudando a quien describe como «un soldado del capitalismo», un joven «hiperpreparat» por ser la mano derecha de Ross, pero que hasta el momento ha trabajado como secretario personal: llevando cafés y haciendo encargos. Un trabajo que, eso sí, le ha permitido escuchar muchas conversaciones secretas.

Para Sacristán, el mejor de los personajes de Mamet es que nunca son de una sola pieza y continuamente aparecen nuevos aspectos que hacen que enriquezcan. «Es la ventaja de los buenos textos». Los elogios, sin embargo, también en dirección contraria. «No quiero tirarme flores -explica el actor-, pero tengo que decir que el representante de David Mamet vino a vernos en Madrid y, al poco tiempo, recibí una carta del mismo autor donde adjuntaba esta pulsera que llevo con su nombre y tres puntos verdes, como las luces que ven los pilotos en la línea correcta de aterrizaje.Para mí es un regalo importante, no siempre se recibe una pulsera desde California de uno de los grandes. Además, parece que la propuesta de puesta en escena se acerca a lo que Mamet creía que debía ser».

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