Tras más de 25 años dirigiendo, produciendo y coreografiando de un total de 28 musicales, entre los que destacan los aclamados Chicago, Fama o Grease; Coco Comín se atreve, por primera vez en su carrera, a realizar una comedia musical de creación propia. Y lo hace con una ilusión inmensa y un objetivo claro: darle al claqué el papel protagonista que se merece, porque, aunque insiste en que Moustache, The Rhythm Musical Comedy es una comedia musical con claqué y no de claqué, esta disciplina posee un papel esencial en el montaje.
Coco Comin describe su nueva creación como «un invento nacido de mi imaginación», confesando que siempre ha tenido el instinto de «manipular» los libretos de los musicales que ha dirigido, pero se ha encontrado con el toque de atención de los americanos, ya que poco margen de maniobra se tiene cuando se compran los royalties de Grease o Chicago.
Con Moustache nos asegura que entraremos en algo diferente, un mundo desconocido y sorpresivo lleno de luz, de color y con una historia que nos hará reír y llorar. El musical habla del «Moustache Music Hall», un local de espectáculos para la clase obrera del Londres de principios de siglo XX. En esta catedral del ritmo londinense hay una estrella principal: el pequeño Max, un exitoso comediante y bailarín que tiene un deseo oculto que se irá desvelando a lo largo del espectáculo, a través de números que nos harán viajar por los más diversos estilos musicales, desde la música clásica, al swing o el rock. Cada escena es diferente a la anterior, todo es nuevo, todo intenta sorprender al espectador.
Sobre el papel del claqué en Moustache, tanto Coco Comín como el coreógrafo Sharon Lavi, han apostado fuertemente por darle un gran protagonismo, y es que éste es el único musical íntegramente con claqué. Tras más de 2 años de trabajo, cada coreografía que vemos en la obra es un espectáculo en sí mismo: desde Londres a África, 10 bailarines especializados en esta disciplina nos hacen reír y emocionarnos, a través de unos 37 temas musicales que escucharemos al detalle, gracias a los 30 micrófonos repartidos por debajo del escenario y en los propios zapatos de los artistas. Según Lavi, «en Moustache el claqué no es una excusa que se introduce en algún momento porque queda «bonito», es parte total del espectáculo.»
Un espectáculo de gran formato en el que los números son sorprendentes: se manejan unas 2000 piezas de vestuario y complementos, en la producción han trabajado un equipo de unas 100 personas, los 37 temas musicales están cantados y tocados en riguroso directo por 9 actores-cantantes y 6 músicos polivalentes que tocan un total de 47 instrumentos. Todo ello lleva a que la producción ronde el medio millón de euros, una arriesgada apuesta con rentabilidad complicada al tratarse de un espectáculo de nueva creación.
«Moustache, The Rhythm Musical Comedy» se podrá disfrutar a partir del 13 de diciembre en el Teatre Apolo de Barcelona. Una oportunidad para ver el primer montaje original de una de las grandes coreógrafas y directoras de la comedia musical de nuestro país.
Texto y fotos: Eirene Ramos