Matar a la madre para crecer como mujer

Redacció

Las relaciones entre madres e hijas son complejas. El vínculo es fuerte. Hay mucho amor, pero también muchos momentos de odio, recelos y la necesidad de cortar el cordón umbilical para conseguir ser una misma y decidir el rumbo de la propia vida. Esto es a lo que se enfrenta Verónica Pallini en Te voy a matar mamá. Un monólogo del argentino Eduardo Rovner y dirigido por Francisco Amaro que se podrá ver a partir del 21 de enero en la sala Porta 4 de Gracia.

Un piso, una mujer y una pistola. Espera la madre para matarla. Te voy a matar, mamá, le dice al cuadro con su fotografía que tiene colgado en medio de la sala. Y empieza a hablarle, reprocharle todo lo que le ha dolido durante muchos años, la falta de afecto y sus decisiones. La Flor ha sido una hija sobreprotegida. «No sé cocinar, no sé estar sola» le reprocha, mientras se enfada por el hecho de que la madre le comprara el piso. Las obsesiones y preocupaciones de la hija se van desgranando en un monólogo con momentos irónicos que culmina con un giro final que obliga al espectador a releer toda la obra. «Este es el motivo principal por el que acepté dirigir este texto explica Amaro-. El final cambia todo el sentido de la obra «. Aunque reconoce, también, que por un director acostumbrado al drama, enfrentarse a una comedia tiene un punto de reto y superación interesante.

«Todos necesitamos matar a los padres para crecer», asegura el autor, que reconoce que todas sus obras se caracterizan por este giro final que hace que el espectador se pregunte por qué ha sido riendo durante toda la obra. «He aprendido mucho de la soledad, de las relaciones entre madre e hija, de estar desamparado. Cuando un autor es bueno hace que el texto fluya y te ayude a crecer.Con cada personaje aprendes algo nuevo. Con la Flor he aprendido mucho desde un punto de vista humano «, explica Pallini.

Eduardo Rovno es un autor reconocido en América Latina, pero con menos presencia en Europa.Este es la primera vez que llega a Barcelona. Impulsor del Teatro Abierto, el movimiento teatral que durante la dictadura argentina ayudó a fortalecer la lucha por la democracia en el país y ayudó a propiciar otros movimientos como Danza Abierta o Tango Abierto, fue también director del Teatro General San Martín de Buenos Aires y ha sido merecedor del Premio Nacional de Dramaturgia.

EL VÍNCULO DEL TEATRO ARGENTINO EN CATALUÑA (Y VICEVERSA)

El Casal Catalán de Buenos Aires es el segundo más antiguo del mundo, después de Cuba. La comunidad catalana y los vínculos entre ambos países son muy fuertes. Hasta el punto, recuerda Pallini, que la música del himno nacional argentino la compuso un catalán. Como no podía ser de otra manera, esta unión también se hace evidente en el ámbito teatral. Barcelona ha acogido durante años con entusiasmo autores como Daniel Veronese y Buenos Aires abre de par en par las puertas a la autoría catalana. Actualmente se está representando You say tomato, de Joan Yago y Toc-Toc y El método Grönholm han hecho temporadas larguísimas. Por no mencionar el caso excepcional de Josep Maria Miró, a quien la editorial Losada le ha publicado ya cinco textos.

Raúl Santiago, coordinador de la red cultural de difusión Artes Runner, es uno de los impulsores de este intercambio. Actualmente ha llevado a Puerta 4 Cuarteto, del mismo Eduardo Rovno pero en este caso representada por una compañía argentina, y también Tras la puerta en el Llantiol, de la compañía Charko Teatro. Además, está en diálogo con autores como Marc Artigau para llevar próximamente sus textos en la capital argentina. «Nuestra misión es unir la cultura mediterránea con la del Río Plata. Cuando veo cómo se emocionan los catalanes con el teatro argentino, me doy como nos llegamos a parecerse «, remacha Santiago.

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