Marta Marco: "Julio nos ha dado muy bien la mano y nosotros lo hemos aprovechado"

Redacció

Que La Perla 29 vive un idilio con el teatro irlandés no es ninguna novedad. La nave gótica de la Biblioteca de Cataluña ha acogido La presa, Traduccions, Dansa d’agost… y ahora La reina de la bellesa de Leenane. Julio Manrique firma la dirección de este texto de Martin McDonagh, una de las voces más penetrantes de la dramaturgia contemporánea. El amor y la pasión, sostiene Julio Manrique, pueden mover montañas. La ira y el rencor, en cambio, paralizan, atenazan y, en fin, liquidan cualquier posibilidad de movimiento. Lo saben bien los cuatro personajes de La reina de la bellesa de Leenane. Un texto visceral, con mucha alma y que sale del estómago. Un drama sobre la soledad, la sinceridad y las relaciones personales, y también sobre cómo a menudo repetimos errores y fracasos de aquellos que estaban antes que nosotros. Una espléndida Marta Marco, tanto en las escenas más crudas como en las de esperanza, da vida a Maureen, la protagonista de la pieza, un personaje fascinante, una mujer que entierra su juventud cuidando de su madre, una vieja mezquina y egoísta.

TEATRE BARCELONA: ¿Por qué La reina de la bellesa de Leenane es hoy ya un texto clásico de McDonagh?

MARTA MARCO: El texto tiene más de veinte años y continúa manteniendo la misma fuerza. Refleja las miserias del alma humana, el egoísmo que en ocasiones ahoga las relaciones familiares y la falta de coraje que no nos deja tomar decisiones. Los personajes de esta obra son unos personajes ubicados en un entorno de miseria, unos losers sin escapatoria, perdedores que luchan y arañan para sobrevivir. McDonagh los sitúa en el extremo.


La manera que tiene McDonagh de expresarse nos parece a la vez extraña y próxima.

Sí, los cuatro personajes de La reina de la bellesa de Leenane son reconocibles en nuestra sociedad. A pesar de que la obra lleva al límite la situación de los personajes quien más quien menos conoce situaciones de este tipo. Da igual si se producen en Irlanda o en Cataluña.

Lo trágico y lo cómico se confunden en este melodrama ácido en el cual los sentimientos oscilan entre la brutalidad y el humor, y donde la violencia se manifiesta a través del lenguaje.

El lenguaje de MacDonagh es muy próximo en el tiempo. Identificamos fácilmente los personajes. Tiene la capacidad de mezclar muchos géneros. Me parece genial. Pensemos que es la primera obra de teatro que escribió con una estructura perfecta. Es capaz de mezclar la comedia negra, la tragedia, el drama o, incluso, el thriller. Es muy ‘tarantiniana’.

El mundo que intenta reflejar es un mundo extremo, donde el clima irlandés repercute muchísimo en el carácter de las personas; es más agrio, más duro…

Vivir en un lugar donde llueve día y noche, donde todo es indómito, aislado, donde te tienes que refugiar en un pub con el peligro de caer en manos del alcohol, es muy duro. Irlanda es un lugar precioso y hostil a la vez. Leenane es un puñetazo. Es una calle con cuatro casas donde no pasa absolutamente nada. Es un mundo cerrado y rancio, por más que esté en un contexto paisajístico muy bonito.

El motor de este drama rural es el rencor. Los personajes trágicos sienten la contradicción de querer huir de este paisaje, con niebla y lluvioso, que a la vez, aman y los atrapa.

Es muy interesante cómo lo explica McDonagh. Son gente que ama su tierra y su tradición. Irlanda ha tenido el honor de contar con grandes artistas que han marchado del país. Hay algo que los empuja a huir en busca de un mundo mejor. Pero tampoco las ciudades inglesas han sido amables. Han vivido una vida de mierda como inmigrantes. Su estancia en Londres o Manchester los ha hundido psicológicamente, no parecen demasiado satisfechos del camino elegido.

Maureen, un personaje bañado por la lluvia pero también la soledad, el egoísmo, el desamparo, los sueños por cumplir, y el miedo, mucho miedo… 

Mucho miedo a la fragilidad de la mente humana. Es consciente que ha perdido los estribos. Ha ejercido la violencia psicológica y física. Maureen es soltera, tiene 40 años y pasa los días viendo cómo la juventud se le va cuidando de su madre que apenas acaba de hacer 70 años. Si no toma una decisión será demasiado tarde. Maureen vive un momento muy frágil, se encuentra inmersa en un momento vital muy complicado.

La familia puede ser un apoyo pero también un lastre.

Es una hija abocada a cuidar de su madre y que no encuentra ninguna salida salvo la de desahogarse con ella a la que rechaza abiertamente y odia profundamente. Una madre que prefiere una situación angustiosa, mantenida a base de trampas, mentiras y alevosías, que no una previsible soledad. De repente, la relación se ha vuelto dependiente desde un lugar muy peligroso. Se hacen daño pero también se necesitan mutuamente. Es un mundo muy pequeño y angustioso.

La aparición de Pato Dooley (Ernest Villegas) es para Maureen un halo de esperanza, una posibilidad de huir de su prisión. Para la madre en cambio representa un peligro, una amenaza que puede desestabilizar su mundo. Aflorarán los secretos y los sentimientos más primarios.

En Dansa d’agost pasa exactamente lo mismo. Cuando llega el hombre hace tambalear toda la estructura femenina establecida. La presencia de Pato provoca que la cuerda se estire excesivamente. Maureen siente una gran necesidad de amor pero tiene miedo a abandonar su casa. No conoce qué es el amor. Solo ha conocido el odio y la relación tóxica con la madre. El juicio constante de la pequeña comunidad de Leenane. La relación que establecen Maureen y Pato es muy bonita. Él es sincero y confía en la relación. Es evidente que han conectado y la relación puede cambiarles la vida para siempre jamás. Tienen la posibilidad de huir y quererse.

¿Qué ha supuesto ponerte en la piel de Maureen?

Es un regalo de personaje. Julio Manrique me ha permitido construir un arco emocional muy bonito. Este personaje me permite explicar muchas cosas y desde registros muy diferentes. Ha sido un regalo el proceso y los compañeros de viaje. Julio nos ha dado muy bien la mano y nosotros lo hemos aprovechado. Es actor y sabe muy bien cómo acompañarte, conoce a la perfección los mecanismos que necesita el actor. Entre nosotros hay mucha amistad y muchos años de carrera. Tiene mucho talento, lo admiro muchísimo, es uno de los grandes.

En esta profesión, más allá de los castings, ¿también tiene un peso el entendimiento personal?

Es imprescindible para que una compañía funcione. El teatro es un juego de equipo. Los cuatro actores nos pasamos la pelota con acierto. Es muy bueno para que la gente lo pase bien mientras lo hacemos, cosa que en nuestro trabajo es primordial. Es un placer ver a Marissa Josa, una gran veterana en el mundo de la interpretación, cómo toma cada noche el personaje. El gran talento de Enric Auquer o Ernest Villegas, un actor completísimo, con una sensibilidad impresionante. Julio ha hecho un casting extraordinario. Ha hecho un trabajo de dirección extraordinario. Las cosas funcionan cuando el rompecabezas está completo.

También has elogiado el trabajo de Silvia Munt como directora. Les noies de Mossbank Road vuelve el 1 de mayo a La Villarroel. Un éxito reciente de la cartelera que ha emocionando al público con su preciso retrato de la amistad entre mujeres.

Creo que Silvia Munt ha hecho incluso más buena la obra de lo que ya era. Sabe dirigir y hacer equipo. Enlazaré La reina de la bellessa de Leenane con Les noies de Mossbank road. Junto a dos bestias escénicas como Clara Segura y Cristina Genebat. De alguna manera somos tres buenas amigas que además trabajamos juntas. Es un regalo muy bonito. Sobre todo, también, porque hace que el espectador se lo pase bien. Es una obra que tiene un largo recorrido. Estamos muy contentas.

“Refundado, abierto e integrador”. ¿Qué te parece el proyecto que ha desgranado Juan Carlos Martel para el nuevo Teatre Lliure?

Todo el mundo, unánimement, ha coincidido que Juan Carlos Martel ha presentado un proyecto buenísimo. Muy trabajado y desarrollado. Con ganas de darle la vuelta a la situación, creo que nos hace falta. Tenemos una buena industria teatral y por tanto tenemos que empezar a cambiar el sistema. No puede ser que hagamos un trabajo titánico de dos meses de ensayo para solo dos semanas de funciones. Cuesta muchísimo que todo el mundo pueda acceder a los teatros públicos y que pasen cosas. Está muy bien que las cosas se renueven. Deseo toda la suerte y muchos aciertos a Juan Carlos Martel. Sobre todo que las cosas en el Lliure se hagan mejor. Este es un mundo donde cuesta mucho sobrevivir, es muy complicado tener un sueldo digno. Con el dinero de todo el mundo no se puede jugar.

Otra de las propuestas de mejora es la paridad en las manifestaciones artísticas que se ofrecen.

Todavía queda mucho trabajo por hacer. Las mujeres estamos levantando la voz y es bueno. Estamos diciendo que queremos cambiar el curso de la historia para que no la expliquen solo los hombres. No podemos obviar, sin embargo, la excelencia y la preparación de muchos hombres. Soy partidaria de mantener en el teatro la paridad entre hombres y mujeres para que no nos vaya en contra. Me considero feminista pero soy una gran defensora de los hombres.

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