Marcos Morau, coreógrafo y director de la compañía de danza La Veronal, vuelve al Festival GREC con un Sonoma mayor que nunca y la mirada puesta en el espectáculo que estrenará en otoño.
El 6 y 7 de julio hará una versión ampliada de Sonoma que llegará a los 75 minutos. ¿Es muy diferente al original?
La pieza, en esencia, es la misma, porque sería un error modificar la esencia del trabajo, pero sí que plásticamente la hemos adaptado al escenario del Grec. Cuando Cesc Casadesús nos dijo que es su última edición como director y que le gustaría contar con todos los amigos y socios que ha tenido durante los últimos años, le dije que cerrar el ciclo de Sonoma (que empezó en Montjuïc, pero en el Museu Nacional, en 2020) en el escenario del Teatre Grec. En el espectáculo hay 9 bailarinas titulares, pero claro, muchas de ellas han sido madres, así que se han sumado algunas bailarinas nuevas durante estos 4 años, que son, diríamos, covers o gente que hace sustituciones. Entonces son 14 bailarinas más Maria Arnal.
Hablando sobre la obra con Anna Hierro, una de las bailarinas en escena, nos ha dicho que Sonoma tiene algo que les hace sentir «voz y cuerpo de muchas otras mujeres que han existido». ¿Cómo puedes explicarlo, desde tu punto de vista externo pero cercano?
Estoy muy de acuerdo con el pensamiento que atraviesa Anna, porque las palabras que utilizan y lo que representan no es algo que sea nominal, no es Anna Hierro. Ella y sus compañeras están poniendo cuerpo y ve a un espíritu que es el concepto de mujer a lo largo de la historia. Son unas más de la larga historia que debe contarse. Con la religión, la mujer se ha ocultado mucho… sí, está la Virgen y tantísimos personajes femeninos, pero siempre han estado en torno a la figura de Cristo. También ha pasado en la historia del arte, en el folclore… así que en Sonoma no hay ninguna figura masculina: todo son mujeres en torno a una cruz sin Cristo. Y empezamos con unas bienaventuranzas que se han inventado para pasar a hablar de cosas mucho más transversales, no sólo religiosas, sino también sociales y políticas. ¿Cuál es el papel de la mujer? ¿Cómo podemos revertir y cambiar lo que está por venir? El arte es testigo del tiempo, pero también es un faro en el camino, es hacia donde queremos mirar.
«El arte es testigo del tiempo, pero también es un faro en el camino, es hacia donde queremos mirar»
Ha realizado más de un centenar de representaciones de Sonoma a lo largo de 4 años. ¿La repetición hace que se tatuen los movimientos en los cuerpos, que se mecanice la coreografía y que exista la tentación de improvisar? ¿O no ocurre nada de eso?
Yo creo que existe la tentación de hacer cada espectáculo un poco diferente. Hay un rigor en la coreografía, es decir, ellas ya saben hasta dónde se levanta el brazo, pero al mismo tiempo el espectáculo pasa por muchos paisajes: uno de libertad, otro de militancia, uno de expresión, uno más de intuición espacial… el espectáculo atraviesa muchos estados diferentes y esto hace que la bailarina deba estar muy despierta. Hay margen para jugar y hacerse cada día suyo el espectáculo, por eso no se aburren de hacer Sonoma . Además, las bailarinas van cambiando de función a función, y cambiar las piezas del rompecabezas también hace que no sea monótono.
En una entrevista me dijiste que eres perfeccionista pero no perfecto. Y que la perfección no existe. ¿Crees que ser exigente pero abrazar el experimento, el juego, el error, puede ser uno de los grandes motivos del éxito de la compañía?
Me gustaría decirte que sí, pero es que no [ríe]. Yo creo que no hay una fórmula… existe un viaje personal, que convive con el profesional, y que es el hecho de ir aprendiendo de lo que la vida te va dando y saber que el mundo no es perfecto y que gracias a ello el arte tiene sentido, porque podemos buscarle las cosquillas. Es bonito aceptar tus limitaciones pero, por otra parte, yo creo que la única forma de no tener límites es saber que todo puede fallar, que no eres el mejor y que nada depende de ti.
En el Grec 23 estrenó Firmamento. ¿Ya estás preparando nuevo espectáculo? ¿Qué puedes avanzar?
Será un site specific, es decir, un espectáculo que se adaptará a cada ciudad del mundo: a una capilla, a una galería, a un museo, a una plaza… Quiero dialogar con espacios diferentes, que el teatro no me atrape . Probar y jugar, no conformarme con lo que ya sé hacer porque si no es muy aburrido. Se llamará La dansa de la mort: demà és la pregunta, pero en alemán porque el subtítulo es una frase que había en el club Berghain de Berlín durante la pandemia. Todo esto hace referencia a la danza de la muerte medieval, que todos somos iguales ante la extinción, pero hay que reflexionar sobre qué significa la muerte ahora mismo, qué tipo de muertes estamos viviendo por la tele, las de las guerras, las pandemias … y después, “mañana es la pregunta” tiene mucho que ver con que los artistas siempre estamos hablando de lo mismo: qué vendrá mañana, qué generación es la que estamos dejando atrás, qué mundo estamos legando a la gente que vendrá. Será una videoinstalación, pero con danza, y bastante minimal. Después de Firmamento, Opening Night y Sonoma, que son tres espectáculos de grandísimo formato, este año, en otoño, estrenaremos este espectáculo mucho más experimental y reducido. En 2025 sí volveremos a hacer gran formato.
Más información,imágenes y entradas a: