MUSICAL

Litus: "La rumba conecta de forma muy directa con la gente"

'¡Chakapum!', el musical rumbero de El Terrat vuelve en mayo al Teatro Victoria

Antonio Rincón Cano

¡Chakapum! el musical rumbero de El Terrat, dirigido por Xénia Reguant, vuelve del 8 al 28 de mayo a la cartelera del Teatre Victoria. Un viaje en el corazón de la rumba que celebrará cada noche con el público la alegría de vivir con míticas canciones que forman parte de la memoria colectiva. La apuesta de su creador, Joan Grau, es «volver a dar a la rumba el sitio que se merece» y para ello cuenta con un reparto de músicos y actores encabezados por Litus, el protagonista de la historia. Con él realizaremos un viaje a través de la memoria y el tiempo que combina su historia personal con la historia y evolución de la rumba catalana.

Teatro Barcelona: ¿Qué significa ¡Chakapum!?

Litus: Es la onomatopeya del ventilador, un movimiento de guitarra, pero también es percusión. Es una palabra que lo define todo. Es la palabra del sonido, del ritmo. Es poesía. Y hablando con Rogelio Herrero de Los Manolos, me explicó que Gato Pérez les hizo la portada de un disco con una caricatura del movimiento del ventilador. Y ya estaba escrito ¡Chakapum! Me preguntó si no me había inspirado en esa portada del disco y me vino un recuerdo de mi infancia del dibujo. Quizás inconscientemente sí.

Hablas de un recuerdo de tu infancia a través del cual se estructura la función: tus recuerdos. Pero el autor es Joan Grau. ¿Cómo ha sido poner tus recuerdos en la mano de Juan?

Juan ha sido maravilloso. Se entregó al proyecto con el corazón. Al principio me dijo que podía enviarle anécdotas rumberas a través de audios de WhatsApp, pero luego consideró que sería mejor escribirlos y ordenarlos. Este trabajo me ha servido para descubrir que todos esos recuerdos que parecían caóticos, tenían sentido y estaban más conectados de lo que pensaba. Fue un trabajo vital muy bonito. Cada semana le enviaba una anécdota y así empezó el proyecto, enviándole capítulos de mis anécdotas rumberas. Luego él creó algo nuevo, una obra que unía la historia de la rumba con todas mis vicisitudes.

«¡Chakapum! es un homenaje a la profesión, un homenaje a los currantes de la música»

¿Podemos decir que es un homenaje a la rumba?

Sí, pero también hay un punto muy importante en el espectáculo que es un homenaje a la profesión, un homenaje a los currantes de la música. A los cantantes de pub. Muchos espectadores nos lo han dicho y nos alegra mucho que sea así. La rumba es el centro, pero también era muy importante hacer un homenaje a los inicios de todos los músicos, los cantantes de bares, los músicos de sala, que son lugares vitales en nuestra profesión.

Inicios como los tuyos, que están muy presentes. ¿Qué te viene a la mente cuando menciono a Mutis?

¡Me viene a la mente mi adolescencia, mi primera banda, que curiosamente es un nombre muy teatral!

¡Ya estabas marcado por el teatro!

Sí y, además, teníamos un tema que era una rumba: Tormenta. Ya estaba la rumba unida al teatro.

Pero, ¿es allí donde empieza toda esta historia?

Todo comienza en las sobremesas de mis padres. Cuando era pequeño, después de las cenas con mis amigos, mis padres sacaban la guitarra, se ponían a cantar y lo hacían muy bien. Aquí comienza mi primer contacto con la rumba y mi primer contacto con la música en general. Es algo muy importante en mi carrera. Era muy potente para un niño ver cómo disfrutaban bien, ver música en directo, ver cómo tu padre hacía el ventilador, que era como si tuviera un superpoder. Era algo mágico.

Pero tu carrera ha estado unida a otros estilos.

Se me conoce más por el rock, por el pop. Pero yo sentía que debía algo a la rumba. De una forma muy íntima, la rumba siempre me ha extendido la mano en los momentos duros de la vida. La rumba siempre me ha recordado por qué me dedico. Tiene algo instintivo, troglodito, puro.

Todos tenemos en nuestros recuerdos letras y melodías de rumba que nos transportan a la infancia, pero no las descubrimos hasta que suena la música.

Sí, es verdad, pero nosotros no queríamos realizar un espectáculo que fuera un museo. No queríamos una muestra de cosas pasadas. La rumba está viva. Más allá de las modas. Es una música que conecta de forma muy directa con la gente. Es como si de repente pulsas un botón ya la gente se le dibuja una sonrisa o se pone a bailar. Y esto ocurre en el espectáculo.

Joan Grau, el autor, define el espectáculo como una mezcla de un concierto y una obra de teatro. ¿Cómo lo definirías tú?

Realmente es una obra de teatro con mucha música. Pero es una combinación de muchas artes: está la música, el baile, el texto… y es como si estuviera hecho de forma cinematográfica. Está claro que es un concierto, está claro que es una obra de teatro, pero la música es como una banda sonora que siempre está acompañando la acción. Es una forma de contar historias que ya viví cuando hice con Sergio Peris-Mencheta, Lehman Trilogy. Sobre todo ¡Chakapum! es una fiesta, pero una fiesta tierna.

¿No es una fiesta para gritar y bailar?

¡Sí! Pero tiene un poso entrañable. Celebrar la música con la gente que quieres. Celebrar con tu familia, con tus amigos. Es compartir la música.

Antes has llamado a la función Lehman Trilogy, de la que has dicho alguna vez que te cambió la vida.

Yo llevo diez años en el teatro, me siento un poco nuevo todavía. Me siento músico, pero me dieron la oportunidad de actuar y desde entonces no he parado de hacer cosas. En Lehman Trilogy encontré algo nuevo. Algo que me apasionó, un trabajo descomunal. Era como una cebolla, llena de capas. Estudiamos muchísimo, investigamos una barbaridad, revisando la música de 120 años. ¡Fue increíble! Una suerte estar en este proyecto porque todos los artistas remiábamos con el mismo esfuerzo en el mismo sitio. Como músico no lo había vivido, entendía el trabajo en equipo por un lado, pero este montaje traspasaba este concepto de trabajo en equipo. Éramos un equipo implicado al cien por cien. Lo hicimos con todo nuestro corazón. Esto también ocurre en ¡Chakapum!. Todos los artistas estamos implicados al máximo. Aquello era una experiencia para el espectador.

Si tuvieras que decirle a alguien que no conoce la rumba, ni tu carrera, que fuera a ver ¡Chakapum! ¿Qué le dirías en tres palabras?

Yo creo que «alegría de vivir», pero lo que me ha sorprendido en los ensayos es que hay una ternura que lo hace muy interesante. Hay mucho amor hacia la familia, la música, la infancia. En los ensayos hubo muchas lágrimas, lágrimas bonitas de emoción, con una sonrisa. Es un viaje a nuestras raíces.

Pero esto son más que tres palabras.

¡No! ¡Alegría, amor y emoción!

Tienes razón! Y si ¡Chakapum! fuera un verso, sólo uno, de una rumba. ¿Cuál sería?

Pues volviendo que la rumba está muy viva: «No estaba muerta, estaba de parranda».

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Escrito por

Gestor de contenidos y redactor de TeatroMadrid.com. Actualmente vinculado también al Teatro de la Abadía de Madrid, ha trabajado en el Teatro Lara, El Terrat o como director y productor de diferentes espectáculos.

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