Del 12 al 15 de abril se ha celebrado la 29ª edición de la Mostra de Igualada, la feria de referencia de las artes escénicas para todos los públicos de Cataluña. Una edición que invitó a los espectadores a hacerse preguntas y que cubrió de interrogantes toda la ciudad. Como las preguntas en el cielo que se debían hacer los organizadores de la Mostra, al ver que iba a llover casi todos los días de la Feria.
Pero los igualadinos no se asustan por la lluvia. Aunque efectivamente se veían las calles más deslucidas, así como algunas gradas exteriores solitarias y mojadas, casi todos los espectáculos pudieron ser reubicados, y algunos, en localizaciones muy especiales. El espectáculo Envà de la compañía Amer y África cia circ, se celebró dentro de la Basílica de Santa María de Igualada. Si bien la visibilidad no era óptima, ver las acrobacias de este original montaje hecho con 250 kg de paja, en un contexto tan poco habitual, hizo estallar unos resonantes aplausos finales. La misma compañía pidió un aplauso al cura residente que muy amablemente les había abierto las puertas a los artistas y a todo su séquito.
La mala suerte meteorológica fue compensada con la fidelidad de su público. Un trabajador de la Mostra nos explicó que el día de apertura de taquillas, se pueden encontrar niños llorando porque se han agotado las entradas del espectáculo que querían ver. Seguro que este éxito corresponde a una calidad en la selección de los espectáculos que se puede reconocer en algunas de las perlas de su programación.
La perla de este año tiene nombre de pájaro y es sin duda el Flow Papagayo de Mumusic Circus. Un espectáculo que se estrenó de forma ‘absoluta’, con una también absoluta ovación del público que se puso de pie al terminar el espectáculo. Los Mumusic nos habían dejado un buen recuerdo con sus últimos espectáculos – Amigoo, Petits Prínceps– que combinan una excelente técnica de circo con música en directo, y un exquisita dramaturgia capaz de hechizar grandes y pequeños. En esta nueva pieza, los espectadores más exigentes se podrán dejar llevar hacia un pensamiento abstracto y filosófico a través del movimiento circular continuo y los loops musicales repetitivos, mientras los niños disfrutarán de sus gags y juegos escénicos. Y todos pondrán los ojos como platos cuando vean volar el ‘Papagayo’. Un ‘imprescindible’ que de momento sabemos que podremos volver a disfrutar en el Trapezi de Reus y en Fira Tàrrega.
También imprescindible pero ‘caro’ de ver por aquí es Pop-up, de Teatro delle Bricciole. Dos actrices italianas y un marinero bigotudo protagonizan una pieza que incluiríamos en un manual de referencia de los espectáculos de niños de 3 a 5 años. Delicado, perfectamente manipulado, apelando a las emociones y visualmente fascinante; este montaje nos invita a viajar a través de las historias de unos libros pop-up de diferentes colores. Un regalo para los padres y madres que nos aproxima a lo que debe pasar por la cabeza de nuestros hijos cuando les contamos un cuento antes de ir a dormir.
Y Anna Roca, con El Secret de la Nanna también nos ha regalado la oportunidad de compartir la que debe ser la grada móvil más pequeña que existe. Con un aforo de 9 personas (6 adultos y 3 niños), nos hace perder el mundo real de vista para adentrarnos durante 10 minutos en su cápsula de la imaginación. Sirenas que desafinan y cangrejos desafortunados en el amor, son animados en un espectáculo lleno de ternura, con un atractivo componente audiovisual.
La Mostra cierra su 29ª edición con la cifra de 23.000 espectadores, junto con unos cuantos litros por metro cuadrado de agua. Un diagnóstico que nos revela que el teatro infantil y juvenil está en plena forma ara que los igualadinos empiecen la cuenta atrás para preparar la fiesta de celebración de la 30ª edición de La Mostra de Igualada, del 4 al 7 de abril de 2019.
Redacción: Imma Romero
Fotos: Marc Vila