¿Recuerdas los famosos “Chistas de mariquitas” del Arévalo? Hasta hace poco, ésta era la única referencia para muchos barceloneses cuando les hablaban de comedia con perspectiva LGTBIQ+. La escena de comedia, tanto popular como alternativa, ha sido copada por hombres heterosexuales, e inevitablemente cargadísima de estereotipos y clichés heteronormativos donde la diversidad era (y es) el blanco fácil de burlas y chismes. Por suerte, esto ha empezado a cambiar.
En los años 2000, el famoso programa televisivo El Club de la Comedia popularizó a los monólogos cómicos, pero no ha sido hasta la última década que la ciudad ha vivido una verdadera eclosión del stand-up comedy. potenciado que un circuito de bares, como El Medi o el Rouge, programen con estabilidad espectáculos de comedia. Incluso que teatros hayan adaptado parte de su programación para convertirse en clubs de stand-up, como la Golem’s y El Molino. Nada de esto se entendería sin el incesante trabajo de colectivos como el Comedy Gold, Massa Comedy, L’Altre Mic o Infolols, por citar sólo algunos, que se han dejado la piel para tejer un potentísimo circuito de humor alternativo. Este chup-chup ha sido esencial para que el colectivo LGTBIQ+ encuentre su propio espacio para reír libremente entre el Besòs y el Llobregat.
‘LOCA’: el primer open act de comedia LGTBIQ+
Andrea Farina es uno de los cómics más en forma de la ciudad. Originario de Italia y diseñador gráfico de formación, se estableció en Barcelona después de unos meses viviendo en ella y encontrar el amor. Las ganas de buscar una extraescolar que no pasara por el gimnasio le llevó a apuntarse a un curso de monólogos que le introdujo de cabeza en la escena de comedia de la ciudad. Rápidamente, descubrió la anomalía que reinaba en los open mics y espectáculos de stand-up de la ciudad: la mayoría de los cómics eran heterosexuales, y, por tanto, arrastraban a un público similar. «Mariconadas, las justas». Una paradoja en una ciudad reconocida internacionalmente como capital gay, con uno de los Orgullos más reconocidos y abanderada de la acogida al público LGTBIQ+. ¿Cómo podía ser? ¿La comedia no interesaba a las bolleras, mariquitas, trans…?

Andrea Farina y Maria Lyona
Negando la posibilidad de que el colectivo no tuviera un espacio representativo encontró la inspiración en la cómica Penny Jayg, que había iniciado en Madrid el Riot Comedy, un espacio de comedia únicamente para mujeres. El éxito del modelo de comedia feminista fue la chispa que le llevó a crear en la pequeña Sala ON el LOCA Comedy, el primer open de comedia LGTBIQ+ de la ciudad, que poco a poco se ha convertido en un referente en la normalización de la visibilidad del colectivo desde el humor. Presentado por el propio Farina y Maria Lyona, se programa una vez al mes en la Golem’s con un reparto intergeneracional donde todos los cómics se identifican dentro del abanico del espectro del arco iris. Març Llinàs, Pepi Labrador, Eñaut Zuazo, Josie Asquerosi, Glòria Ribera o Ignasi Taltavull son algunos de los cómics que han actuado recientemente, pero no es excluyente con quien no pertenece colectivo: en cada función invitan a un reconocido cómic heterosexual, invirtiendo los roles habituales en los que los artistas diversos forman.

‘Pintxo de tortilla’
Otros espacios de humor diverso
Ahora bien, no es el único: el LOCA Comedy se suma a otros espacios que se han consolidado en la cartelera barcelonesa como el Pintxo de tortilla, en La Lleialtat Santsenca. Mai Boncompte y Cristina Guyo organizan, una vez al mes, unos divertidísimos vermuts con comedia donde la mirada es feminista, lesbiana y antipatriarcal. Sin olvidar a los locales de ambiente con programación cultural con una fuerte presencia de comedia y transformismo, como La Federica, El Cangrejo o els circuits drag de La Ravalada y el Sarao Drag del Apolo. Barcelona es diversa, pero sobre todo, divertidísima.
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