Bautizado como el poeta del vértigo, Yoann Bourgeois ha subido a la montaña de la Chartreuse, en Francia. En sus espectáculos presenta asombrosos aparatos móviles: escaleras sin final, plataformas basculantes y suelos giratorios. Una de estas maquinarias se verá en el espectáculo Celui qui tombe. Además de girar como un disco, la plataforma se inclina vertiginosamente, sube y baja como agua en una tormenta. Sobre esta plataforma de acero y cubierta de madera veremos una batalla en la que seis intérpretes (Marie Bourgeois, Julien Cramillet, Jean Yves Phuong, Sarah Silverblatt-Buser, Agnès Canova y Kerem Gelebe) colaboran entre ellos con un objetivo: no perder el equilibrio.
Nacido en 1981 en Francia, Yoann Bourgeois es acróbata, malabarista, bailarín y un coreógrafo movido sobre todo por la voluntad de juego permanente y por la búsqueda del punto de equilibrio. “El circo que me gusta –ha explicado– se encuentra en el límite extremo de los juegos de vértigo. Yo intento llegar al punto de suspensión, que es la expresión que utiliza el malabarista para el momento en que el objeto lanzado al aire llega a la cima de la parábola, justo antes de la caída. Mi pasión es buscar ese punto ideal, libre de peso: el instante de todas las posibilidades”.
Un caso muy especial
Fue el primer artista de circo en dirigir el Centro Chorégraphique National de Grenoble. La prestigiosa revista The New Yorker se ha referido a ella como “un ingenioso comediante en la línea de Chaplin y Keaton y un maestro insuperable de la cama elástica como herramienta para la poesía”. También ha trabajado con artistas de renombre internacional como Missy Elliott, Coldplay, Harry Styles o FKA Twigs.
En permanente renovación, ahora trabaja en una arcadia que abrirá en 2025 y que quiere ser una experiencia inmersiva. Diseñado por Yoann Bourgeois, será un espacio de creatividad e imaginación. Pero Bourgeois también se ha encontrado en medio de una polémica, después de que unos 150 artistas le acusaran de plagio; un caso que puso el foco en los límites de la propiedad intelectual de las obras en movimiento.
Sea como fuere, Bourgeois goza de un gran prestigio. Desde muy joven aprendió a jugar con el vértigo. También fue bailarín del legendario colectivo Maguy Marin antes de aventurarse a crear su propia compañía, en 2010. La primera visita de Yoann a Barcelona, también en el marco del Festival Grec, fue en 2018 con Minuit. Cinco años después Yoann Bourgeois Art Company llega con este Celui quien tumbe, un espectáculo estrenado en Lyon en el 2014 y que le ha catapultado como figura clave de la creación coreográfica contemporánea.
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