Que el Grec es un festival con mirada contemporánea es tan cierto como que en su programación también hay sitio para los grandes maestros clásicos. Este año, el certamen presenta dos propuestas madrileñas que los abordan desde diferentes ópticas.
La primera es Poncia, un monólogo sobre la criada de La Casa de Bernarda Alba, que estará del 28 de junio al 28 de julio en el Teatro Goya. El germen de la pieza se remonta a los años 80, cuando Lola Flores no pudo asumir el papel en un montaje del clásico lorquiano. 40 años después, su hija Lolita acepta el reto con una pieza contemporánea escrita y dirigida por Luis Luque. Fascinado por la figura de la criada, el autor quiso dotarla de voz propia y «descubrir algunos de los rincones ocultos que nos deja Federico en su obra». Poncia toca temas como la defensa de la libertad o la reacción frente a un suicidio en un texto que combina fragmentos del teatro y de la poesía de Lorca. “Federico es un poeta del pueblo, nos pertenece a todas y todos”, explica Luque, que defiende que relecturas como la que propone hacen que la obra original “se multiplique”.
El monólogo supone un reto para Lolita que, desde la voz de Poncia, habla con el resto de personajes. En una escena incluso encarna a su ama, a la que desprecia y necesita a la vez. “Con una sola mirada se transforma en Bernarda y vuelve a Poncia. Sin cambio físico ni escenográfico, simplemente desde la interpretación”, explica el director, que ya había trabajado con la actriz en Fedra. “Lolita es una actriz de raíz, del pueblo, muy telúrica. Tiene algo de atávica, de ancestro”. A pesar de ser de clases sociales antagónicas, Fedra y Poncia tienen en común «la tierra y el amor» a través de la potencia de la intérprete. “Seguimos insistiendo en una historia de amor, en la libertad de las mujeres para amar a quienes quieran, cuando quieran y cómo quieran”.
El amor es también uno de los temas de Canciones de amor, de desamor y de piratas, una velada poética impulsada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico que se verá los días 15 y 16 de julio en el Teatre Grec. Xavier Albertí firma la dramaturgia del espectáculo, que nace con «una clara finalidad de fiesta popular». La velada repasará los «grandes hits de la poesía romántica española», con nombres tan conocidos como Espronceda, Zorrilla, Bécquer o de Castro. También se recitarán cuatro poemas de Àngel Guimerà que conmemoran el centenario de su muerte. “Es nuestro gran Shakespeare, el más importante renovador de la forma escénica que hubo en la Europa de su tiempo”, dice Albertí, quien cree que el teatro catalán debería reivindicarlo constantemente y más allá de las piezas más conocidas. «El alejandrino de Guimerà es potentísimo, y sobre todo el último Guimerà, el simbolista de principios del siglo XX».
Los poemas se combinarán con una selección musical inédita de bel canto interpretada a piano por el propio Albertí con la voz de María Hinojosa. «La mayor parte de las partituras, las he comprado en Estados Unidos porque aquí no se encuentran», confiesa. El cóctel bilingüe, que también cerrará el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, cuenta con un cartel de intérpretes formado por Pere Arquillué, Luis Homar, Natalia Menéndez, Adriana Ozores, Marisa Paredes y Alberto San Juan. Se trata de una nueva coproducción entre Barcelona y Madrid: «Cada vez hay más», celebra Albertí. Manteniendo las diversas idiosincrasias, las colaboraciones “nos enriquecen a todos”. Los festivales son buenos marcos para este tipo de propuestas: «Deben ser sobre todo una fiesta, un desbordamiento que rompa las dinámicas de la temporada». Albertí, que cree que la llegada de Leticia Martín Ruiz a la dirección del Grec aumentará la presencia de la música y la ópera, concluye “que deberíamos seguir viendo las mejores aportaciones de las sintaxis escénicas que se realizan en el mundo y que pueden contribuir a nuestra casa”.
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