Por Jordi Sora / @escenadememoria
Ha quedado dibujada una temporada tibia de danza: no es porque falten ideas o proyectos. Hace falta más esfuerzo económico y determinación en el apoyo a los teatros y las salas (los pocos) que se dedican a las artes del movimiento. Os presentamos unos cuántos destacados en los primeros meses: no están todos, pero sí los más llamativos.
En el Mercat de les Flors se apuesta por la recuperación de algunos buenos títulos, mientras se consolida su proyecto de creación de la casa del artista. Set of sets de Guy Nader y Maria Campos, premio de la crítica de danza por la coreografía y el espectáculo, es excelente desde todos los puntos de vista: intérpretes, narrativa, ritmo, estructura… Es una reposición, cosa extraña en el ámbito de la danza, de forma que es una gran oportunidad para verlos.
Como también vuelve Albert Quesada con toda su troupe en el primer proyecto Célula de apoyo que se ha puesto en marcha con la dirección de Àngels Margarit en el teatro: Flamingos es una sorpresa última de otro, con sentido del humor incluido y magníficos intérpretes, en busca de la compleja relación entre música y danza.
La variedad de las propuestas y las constelaciones son dos constantes del Mercat. Para los amantes del flamenco no podemos dejar de destacar el homenaje que Olga Pericet hace a Carmen Amaya a Un cuerpo Infinito en noviembre. Y en el capítulo de los universos alrededor de los creadores, que se irán desplegando los próximos meses, llegan dos muy importantes: la brasileña Lia Rodrigues Companhia de Danças con un fuerte compromiso social en todas las propuestas; y la Societat Doctor Alonso, que sobre una base reflexiva hace años que investigan alrededor de la relación entre cuerpo y pensamiento.
Cambiamos de escenario para proponeros la visita a la Sala Hiroshima. Porque es el espacio de la ciudad dónde, sin ningún tipo de duda, llegan las nuevas tendencias y los lenguajes más próximos a los grandes circuitos internacionales. Abrirá temporada una perla que tiene en el teatro de la Comedia dell’Arte su referente: Harlekin. Es una fortuna que llegue aquí una obra de amplia expresividad e intensa poética visual. La crítica especializada habla maravillas después de su paso por los principales festivales europeos.
Con un registro radicalmente diferente, el solo del brasileño Pol Pi merece vuestra atención. Se trata de una investigación alrededor de uno de los milagros artísticos más interesantes en la danza: como pasa de un cuerpo a otro el dibujo coreográfico. Reinterpreta cinco pequeñas obras creadas por la alemana Dore Hoyer entre 1959 y 1962. Pero en un cuerpo que nunca hubiera pensado que podría bailarlas. Entenderéis muy bien de que hablamos si vais a ver la pieza: Ecce (Homo) en noviembre.
En las otras equipaciones de la ciudad donde se programa danza también encontraréis buenas propuestas. Atención al Festival Dansat del SAT Teatre del 19 al 27 de octubre. Bien vale un abono. En todo caso, fijaos mucho en Àer, premio Delfí Colomer especializado en la simbiosis entre cultura tradicional y danza contemporánea. Pero también en los programas mixtos que se ofrecen cada día: por ejemplo el que implica a 7 artistas en el Tram Aliansat, una iniciativa de apoyo a la creación que se lleva a cabo desde hace tiempo en la sala de San Andreu.
Acabamos las recomendaciones de las coreografías de inicio de temporada con una aproximación al Antic Teatre: los nuevos lenguajes del cuerpo son sus protagonistas. A menudo alejado de los grandes nombres pero con un trabajo exhaustivo de acompañamiento y apuesta por la creación contemporánea. Si queréis celebrar la suerte que nos bailamos de vez en cuando, no os olvidéis de acercaros el 12 y 13 de octubre a participar de la fiestaza que organizará Esther Rodríguez-Barbero. Si preferís más una experimentación alrededor del sonido y sus relaciones con el movimiento, Amaranta Velarde os espera con Apariciones sonoras.
