Coco Comin: " Llega un momento en la vida que ya tienes ganas de hacer lo que más te apetece, y eso es 'Moustache'"

Redacció

Coco Comin es todo un referente de la comedia musical de nuestro país. A los 19 años ya creó la escuela que lleva su nombre, donde se forman cada año unos 1.200 alumnos. Después de haber sido coreógrafa de las «burbujas Freixenet», jurado de Operación Triunfo y de participar en casi 30 musicales, es ahora, cuando decide, por primera vez, hacer una producción de creación propia de 0 al 100. Dice que se ha cansado de las órdenes de los americanos y ha querido hacerse un regalo, compartiéndolo con los profesionales que quiere y que la quieren, y, por supuesto, con el público, al que recibe y despide en cada actuación de Moustache desde el patio de butacas del Teatre Apolo de Barcelona.

TEATRE BARCELONA: Moustache es el primer gran musical con números de claqué que se representa en España. ¿Por qué has apostado por esta disciplina de baile?

El claqué es el gran olvidado de los musicales… Actualmente se están yendo por otros caminos, quizás más relacionados con el hip-hop. Pero el claqué siempre ha formado parte de la historia de los musicales, se hizo conocido con aquellos musicales del Hollywood de principios de los años 30. Entonces, el claqué era la única disciplina escénica que se consideraba como válida. Esto lo he querido recuperar. También porque me he ido dando cuenta que en el mercado teatral no hay nada similar. Además, en Barcelona hay claquetistas muy buenos, sin reconocimiento y sin trabajo. En definitiva he querido recoger todas estas reivindicaciones y hacer un musical con claqué.

Haces mucho hincapié en aclarar que este musical es una obra con claqué y no de claqué. ¿Cuál es la diferencia?

Si fuera de claqué querría decir que sólo es claqué, baile, nada más. Con claqué quiere decir que es un musical con historia y canciones y, además, las coreografías están hechas y bailadas por profesionales de esta disciplina.

Vemos que hay una fuerte reivindicación de una disciplina que parece la gran olvidada… ¿Por qué crees que ha pasado al olvido, cuando tuvo tanta fuerza en los principios de la historia del musical?

Bueno, es una disciplina muy difícil… También pasa un poco con el ballet clásico. Hay pocos bailarines que sean buenos en este baile… Supongo que los estudiantes que empiezan se preguntan ‘¿por qué tengo que hacer el gran sacrificio si con cualquier disciplina de baile, más sencilla, también puedo pisar el escenario?’ Hay que invertir muchas horas para bailar claqué. Son músicos que hacen música con los pies, hay partituras, sonidos inimaginables que cuestan horas y horas de esfuerzo… Pero yo me he propuesto recolocar lo en el lugar que le corresponde. Sobre todo porque tenía unos grandes profesionales, referentes en toda Europa, con los que trabajar y que se encontraban sin salida, sin trabajo aquí.

Y si tenemos tanto buenos profesionales y Cataluña es referencia en el resto de Europa en claqué, ¿por qué no tiene más visibilidad?

Es un misterio… Mira, te pondré un ejemplo, no entiendo porqué teniendo profesionales de la altura de Guillem Alonso, uno de los pioneros del claqué en nuestro país, que ganó un campeonato mundial, esto sólo quedó reflejado en un periódico ¡¡del País Vasco!! Aquí nunca se supo. Empecemos por aquí… No sabemos por qué hay esta carencia de interés, de buscar donde está la gente con talento de nuestro país, que se tiene que ir fuera para ser reconocido. Supongo que es una reivindicación y una queja que tenemos todos los artistas, que en casa nunca somos reconocidos como es debido. Nuestro país que lo queremos mucho, es pequeño pero inhóspito para un artista… De todos modos, ahora hay un gran boom de estudiantes de la disciplina, esperamos que esto de un giro, ¡al menos nosotros lo estamos intentando impulsar! ¡Los bailarines de Cataluña son los mejores de Europa! Hay gente de Lituania, Suecia, y de todo el Estado español que vinieron aquí a aprender y ahora son bailarines de Moustache.

Aparte del claqué, ¿qué otros aspectos son diferentes en Moustache respecto a tus anteriores musicales?

Para empezar, Moustache es una historia inédita, no la puedes encontrar en ninguna película o musical fuera de aquí. Es una historia ideada y creada por mí. También, he querido solapar dos maneras de hacer teatro musical: por un lado, rescatar el music hall de principios del siglo pasado, que era una forma especial de hacer: divertida, blanca, absurda, de la línea de Monty Python, nada tenía relación… Era una sucesión de números inconexas, con cuerpo de baile, presentador… Esto lo he querido recuperar: cada vez que los artistas salen al escenario van vestidos con un vestuario diferente, suena una música distinta, y así los espectadores lo perciben como una fiesta para los sentidos y no tiene más intención que la de divertir. Por otro lado, entrando más en el tipo de musical contemporáneo, que conozco bien, está la otra capa de Moustache, donde se hace un tratamiento de la situación del actor principal, hay más dramaturgia, incidiendo en la vida más real. Ya no es abrir el telón y divertirnos, si no hablar de lo que le pasa a una persona en un momento determinado de su vida.

Entonces Moustache es dramaturgia, danza y musical…

¡Exacto! Está repartido en un 30% por disciplina. Hay la parte de claqué para las personas que buscan más el espectáculo de danza. La parte de canciones para quienes le guste ir al teatro a escuchar melodías bonitas y bien cantadas, -por supuesto en directo-; y después hay un transfondo de historia. La ventana de tipo de público es bastante amplio, igual que la edad de los espectadores, los niños, a pesar de que no es un musical familiar, entienden muy bien la historia y la disfrutan. Es un musical universal.

Ahora que ya ha pasado un tiempo desde el estreno de Moustache, ¿cuáles son tus impresiones? ¿Habéis cambiado algo?

De momento hemos ajustado tempos, hemos visto los chistes que más funcionan y los hemos potenciado, los que menos y los hemos intentado reajustar, básicamente hemos limpiado el polvo al espectáculo. Lo que sí tenemos claro es que la reacción que esperábamos del público es justo la ques estamos teniendo: cómo cada escena es diferente a la anterior, el espectador se sorprende mucho. Jugamos a la descolocación del público. ¡Hay que venir con la mente abierta porque me he saltado todos los códigos!

Entonces tenías ganas de hacer una creación con más de libertad, ¿no?

Mira, llega un momento en la vida que ya tienes ganas de hacer lo que te dé la gana, y te sientes en un estado de liberación total. Ya no me quiero someter a un título conocido sólo por estrategia comercial, que es lo que está pasando en general y lo entiendo muy bien, porque la creación propia es muy arriesgada. Con Moustache es mi riesgo, es mi dinero, no debo nada a nadie y hago lo que quiero. Por eso encontramos números disparados, vestuarios coloridos y diferentes. Sí, me he cansado de estar a las órdenes de algunos directores y luego están los americanos, que se llevan cantidades de dinero en forma de royalties, dinero que se tendrían que quedar aquí, en nuestra casa. Además, los americanos marcan mucho, ¡aunque sus gustos y los nuestros no tienen nada a ver! Por ejemplo en el vestuario, las tendencias no son las mismas allí que aquí, o en el guion, un chiste que funcione allí puede ser que aquí no se pueda decir por la connotación que tiene… Siempre tienes que estar dándoles explicaciones…

Supongo que después de 28 musicales en manos de los americanos, te has cansado…

Pues sí, ¡me he cansado después de tantos musicales! Este es un momento muy mío, muy íntimo; y un momento de premiar a todos los artistas que han estado a mi lado. Los que se cruzan en mi trabajo y que me hayan demostrado que, salgan al escenario las veces que salgan, siempre lo hacen con la misma ilusión.

Entonces podemos decir que Moustache es un ¡regalo compartido!

¡Exacto! ¡No lo podrías haber definido mejor! Cada vez que haces un acto así, un musical de este tipo, es un acto de amor. A mí me gusta mucho hablar con el público, preguntarles lo que sienten después de ver Moustache. He estado en todas las funciones desde que empezó el musical y me gusta ponerme en la primera fila de la platea… Siempre se me acerca gente emocionada, espectadores a los que Moustache les ha removido algo dentro. Incluso gente que me ha dicho que necesitaba verla más veces para digerirla, ¡y eso está pasando! Yo estoy muy contenta, ¡a pesar de la competencia! Pero la satisfacción personal de haber llegado hasta aquí, haber tenido la fuerza y dar trabajo a 80 personas que me quieren, y ser capaz de crear industria en nuestro país… ¡Me satisface mucho! Por eso pido el apoyo de todo el mundo.

¿De todo el mundo?

Sí, no sólo del medios. Apoyo de la industria… Yo pediría a los colegas de profesión que ¡sigamos resistiendo! Ante los impuestos tan alucinantes que tenemos, es nuestra obligación resistir. Aunque es muy difícil, no sólo digo esto por los actores, si no por los que hacen escenografía, vestuario… Empresas pequeñas que han cerrado porque la industria no puede mantenerlos más… Por eso pido a los colegas que aguantemos, que aguantemos todos como podamos porque en épocas de penuria el arte es lo que hace que un país salga adelante, es el termómetro con el que se mide su grandeza o su mediocridad.

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