Clara Segura: "Las locuras que llegamos a hacer en el escenario solo las puedo hacer con Bruno Oro"

Las ganas de volver a hacer comedia juntos llevaron a Clara Segura y Bruno Oro, la pareja de la serie Vinagre, a llevar la temporada pasada un nuevo proyecto: Cobertura, una obra que homenajea el cine anterior a la era digital contraponiéndolo con las pequeñas pantallas que acaparan la sociedad actual, los móviles. Tras agotar entradas en el Romea, la pieza vuelve hasta el 21 de marzo en el Teatro Condal. La pareja de actores interpreta una quincena de personajes cada uno, algunos recuperados de anteriores montajes y de otros nuevos, en esta historia hilarante y tierna a la vez.

Oriol Puig: Con Bruno Oro os conocéis desde hace dos décadas. ¿Esto vuestra fue ‘humor’ a primera vista?

Clara Segura: [Ríe]. Me había olvidado de lo bien que lo pasamos trabajando juntos. Es que no paramos de reír en la sala de ensayos y, si a la gente le pasa igual en el teatro, es la bomba. Ahora estamos disfrutando con nuestro reencuentro profesional.

Ha llovido mucho desde Maca, per favor… els postres!. Así os lanzabais a la carretera en 2001, a hacer bolos.

Lo parimos en las horas muertas, cuando trabajábamos a la Compañia Nacional de Teatro Clásico haciendo El alcalde de Zalamea. Teníamos un papel muy pequeño y muchas horas de camerino o de espera. Allá, empezamos a idearlo. Lo estrenamos en Cadaqués. Después de pasar por el Malic y Tàrrega, hicimos mucha gira y, como bien dices, también carretera. Ahora bien, carretera sin GPS. Íbamos con un mini y cuatro cosas. El Maca era como el teatro de antes. Como hacían los cómicos que viajaban con la cabra.

Tres años después repetiríais como pareja artística en No et moguis para hacer el salto a la televisión con Vinagre. Diez años después de su estreno habéis ‘resucitado’ a algunos personajes.

Es interesante comprobar cómo el público los reconoce. La serie ha funcionado muy bien en redes. Hacía siete años que con Bruno no coincidíamos en escena, desde La rosa tatuada en el TNC. Es el tercer espectáculo que hacemos juntos y hemos querido combinar las dos disciplinas: el teatro y el audiovisual. De alguna manera nos daba mucho de juego. Este es un espectáculo doble, en el que hay la obra de teatro, pero en la que también se habla de la película Quiero nadar en tus ojos, dirigida por Guillermo Peñalvar. El argumento gira en torno al director de cine argentino en decadencia y una actriz que es un icono feminista con millones de seguidores en Instagram que no tiene ningún tipo de escrúpulo. Y la tecnología los distancia.

Vaya, una pareja con graves problemas de Cobertura.

Ella se ha adaptado a los nuevos tiempos, se ha empoderado y es muy activa y popular en las redes sociales. Él en cambio ha ido a menos.

¿La tecnología ha cambiado la idea romántica del amor?

Hoy en día estamos más pendientes de lo que decimos a través del móvil que de hablar con quien tenemos al lado. Los tiempos han cambiado mucho en poco tiempo. La visión del móvil en esta obra es realista, aunque más bien negativa. Incluso la gente más joven saldrá pensando que quizás es cierto que pasen demasiadas horas con el móvil. De aquí a un tiempo será muy preciado mirarse a los ojos o acariciarse.

¿Cuál es el valor social de un me gusta? ¿Realmente necesitamos la aprobación del otro?

Hemos enloquecido mucho con este aspecto. Estamos hablando también de la manera como miramos, observamos o valoramos al otro, sobre todo viendo qué dimensión toma expresar lo me gusta en Internet, donde no es el mismo que expresarlo presencialmente o físicamente. Tener muchos o pocos seguidores en Instagram puede castigarnos o no. ¿Esto quiere decir que tenemos que hacernos fotos para tener seguidores? Esto está cambiando la tabla de valores. Creo que de alguna manera esto al final será insostenible.

A diferencia de tu personaje en Cobertura, no tienes ningún interés por las redes sociales.

¡Soy un desastre! La mayor parte del tiempo llevo el móvil silenciado. Supongo que es una defensa porque lo encuentro muy invasivo. Tengo Twitter e Instagram por motivos profesionales. Es una herramienta de trabajo.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar a cuatro manos?

Con Bruno nos complementamos muy bien. De alguna manera esto ya lo habíamos hecho en los espectáculos anteriores. Bruno sabe muy bien que el texto es una cosa viva. Es muy fácil trabajar juntos. Como hacían los cómicos de antes. ¡Entre todos lo hacemos todo!

Bruno dice que eres una payasa en potencia. ¿Muchos se sorprenderán con la vis cómica de Clara Segura?

Tengo la impresión de que no. No me escondo. Es verdad, sin embargo, que si no es por Vinagre o las obras que he hecho con Bruno, mi lado cómico ha sido muy poco explotado. Siempre se me ve más como una actriz dramática. A pesar de que soy muy fan de la comedia. Siempre he querido hacer comedia.

¿El drama se sirve solo, la comedia hay que servirla?

Ni una cosa ni la otra. Es cierto que en el drama, de alguna manera, la estructura está como más escrita. Por la trama, o las cosas que pueden pasar, ya llevas una mochila. Pero la comedia implica un diálogo muy claro con el espectador, una cuestión de ritmo, de servir bien la acción porque acabe produciendo esa sonrisa o esa risa en la platea. Es un diálogo a tres bandas. Aquí, somos una pareja y el espectador. La comedia es más explícita y sonora que el drama.

Mirando atrás, ¿cómo ha sido este periplo de la Clara Segura actriz?

Hago un balance muy positivo. Afronto la madurez habiendo hecho muchas cosas que deseaba. Bien es verdad que estoy contenta por cómo han ido las cosas. También por la gente que se ha cruzado en el camino profesional y, evidentemente, personal. En el fondo, el trabajo, es una parte muy importante de mi vida. Soy muy feliz por todo el que he vivido.

¿Cuál es el último me gusta que te han hecho?

[Ríe]. Si no recuerdo mal me han hecho un me gusta en un video promocional de Cobertura con la Yeni y Eli de Vinagre.

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