Babeth Ripoll: "Para ser actor o actriz de La Cubana tienes que ser muy versátil"

Redacció

Con motivo de la Semana de los Musicales, los compañeros de Teatro Madrid organizaron un Take Over en colaboración con La Cubana que está representando en el Teatro Calderón su nuevo espectáculo Adiós, Arturo, que pronto llegará también a Barcelona. Una de las actrices del espectáculo, Babeth Ripoll, contestó a las preguntas que plantearon algunos usuarios a través de las redes sociales. A continuación, tenéis la transcripción de los momentos más interesantes.

Cuando vais de gira, ¿dónde os alojáis?

BABETH RIPOLL: Es producción quien se encarga de nuestro alojamiento. Depende siempre de si se trata de una corta o una larga estancia. Para cortas estancias, suelen ser hoteles y, para largas estancias, siempre que su puede, nos ponen en apartamentos que es mucho más fácil para nosotros.

¿Qué días descansáis y cuánto suele durar una gira con La Cubana?

Siempre que se puede, se descansa el lunes y el martes. En principio, eso suele ser fijo. A no ser que estemos cambiando de ciudad y ensayando algún número o alguna adaptación que entonces el tiempo queda un poco más reducido. Una gira con La Cubana dura entre dos y tres años.

¿Nos puedes hablar sobre la caracterización y el vestuario de los personajes?

Tanto caracterización como vestuario son señas identificativas de La Cubana porque nos permiten a cada actor o actriz interpretar hasta diez o quince personajes. Hablando de Adiós, Arturo, hemos reciclado vestuario que ya tenía La Cubana, hemos comprado vestuario nuevo y la figurinista, Cristina López, se ha encargado de confeccionar vestuario específico para esta obra de teatro. La caracterización la basamos, sobre todo, en pelucas, bigotes, barbas y dentaduras.

¿Cuándo venís a Barcelona?

Llegamos a Barcelona en breve. Ya queda poquito. Está calculado nuestro aterrizaje en Barcelona para septiembre o octubre de 2020.

¿Ha cambiado mucho la obra desde que la estrenasteis?

¡Claro que ha cambiado! Ha cambiado mucho. Nuestro director siempre dice que el teatro es un arte efímero. Cada noche, al abrir el telón, nace y, al cerrar el telón, muere. Si cambia de una noche a otra noche, ¿cómo no va a cambiar en dos años que llevamos de representaciones? ¡Desde mayo de 2018! Para empezar, según los ensayos, esta obra podría haber durada tres horas porque había muchísimos más personajes, más tramas y más situaciones, pero todo eso se tuvo que ir reduciendo para encajarlo en una duración normal. Después, una vez estrenada la obra, también hay cambios. Primero, porque la adaptamos a cada nuevo sitio que vamos y, después, porque te das cuenta de cómo el público recibe eso y de cuándo necesitamos un cambio de ritmo, etcétera. Con la Cubana, todo cambia siempre.

¿Cuánto llevas tú en La Cubana?

Yo llevo solo diez años pero La Cubana existe desde hace 40. Justo en 2020 se cumple este aniversario tan especial.

¿Cómo entraste en La Cubana?

Mandé un currículum a La Cubana en 2007 y me llamaron para hacer una prueba. Me fue muy bien pero, en ese momento, no salió nada. Entonces, tres años después, en 2010, me llamaron para hacer un curso de creación de personajes. Y de ahí ya sí me quedé.

¿Cuál es el personaje que más te gusta de los que has interpretado?

El personaje que más me gusta y el que más me ha ido gustando durante toda la gira es el primero, el regional. En Madrid, es una china pero ha sido una gallega, una extremeña, una valenciana…

¿Qué requisitos se le pide a un artista para pertenecer a La Cubana?

Lo que yo puedo decir es lo que creo según lo que veo en mis compañeros y compañeras. Yo creo que para ser actor o actriz de la cubana tienes que ser muy versátil, una persona creativa, imaginativa y, sobre todo, querer mucho a tu profesión porque es durísimo.

¿Alguna anécdota divertida que te haya ocurrido en plena función?

Muchísimas anécdotas. Tanto de encima del escenario (que se te salten los dientes, que salgas con una percha colgando de tu vestuario) como de lo que pasa en platea. Con el público puede pasar de todo: aparte de que suenen móviles (que eso nos puede pasar con cualquier obra), puede pasar que no te den algo que te tienen que dar que estaba pactado y tienes que bajar a buscarlo o incluso hasta que vas a sacar a alguien y te quedas con su brazo ortopédico en la mano.

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