Actor, director teatral, showman y presentador de televisión. Àngel Llàcer es sinónimo de arte y entretenimiento. En los últimos años, ha estado detrás de éxitos como el musical de El Petit Príncep, Molt soroll per no res o Cantando bajo la lluvia, entre otros. Ahora, protagoniza y dirige de nuevo La jaula de las locas.
ÀNGEL LLÀCER: Este proyecto me lo ofreció Jordi Sellas que, junto con Nuria Valls y Adrián Guerra, son Nostromo Live, la productora que hizo Casi normales la temporada pasada. Jordi Sellas y yo nos conocemos desde hace muchos años. Hace un tiempo, me dijo que tenía la idea de hacer el musical de La cauge aux folles. Yo había visto la película original cuando era pequeño, la francesa de los años setenta, pero no sabía que había también un musical. Entonces, escuché las canciones y me enamoré. Pensé: ¡esto lo tengo que hacer!
TEATRE BARCELONA: Se está diciendo que este es el personaje de tu vida, ¿estás de acuerdo?
La verdad que me siento muy cómodo con este personaje… pero creo que no hay sólo un personaje de tu vida. Hay muchos. Depende de cada momento de tu trayectoria. Yo ahora ya tengo varios. Dicen esto de este en concreto porque es un proyecto muy grande y lo ve mucha gente. He tenido personajes que también se adecuaban muy bien a mí y que quizás no ha visto tanta gente. Si lo quieren decir, me parece bien. Igualmente, este personaje me acompañará mucho tiempo. Por lo tanto, uno más de mi carrera no creo que sea. Por ejemplo, el Papaguena d’El Somni de Mozart que interpreté en 1998 fue un personaje muy importante para mí en su momento. Tenía 23 años. Era mi primer proyecto grande y eso siempre lo recuerdas. Ahora, han pasado 20 años… y de aquí a 20 años quizás tendré otro igual de importante.
¿Qué opinas de la proliferación de musicales que está experimentando la ciudad?
Yo soy amante de las cosas bien hechas. Sea un musical, un Shakespeare, un espectáculo gestual o de danza. Lo que sea. A mí, me gusta sentir cosas y ya está. A los musicales, como hay música, es más fácil emocionarte. Por eso tienen tanto de éxito: la emoción es más rápida. Tienen la música que es un vehículo que llega más al alma.
¿Qué es lo que más te emociona a ti de La jaula de las locas?
Lo que más me emociona de la obra es el hecho de explicar que somos un clan. No tanto lo de reivindicar “yo soy lo que soy”. Esto, mira: como llevo toda la vida siendo quién soy y gustando o no gustando… para mí, no importa tanto. Yo soy así. Mis amigos siempre me dicen: “haciendo esta obra, los que te tienen manía, te tendrán todavía más manía”. Pero creo que eso también es la gracia de hacer este espectáculo. Es una obra muy bonita, aparte de divertida.
A pesar de que la historia, originalmente, pertenece a una película de 1978, el conflicto todavía está mucha vigente…
Sí. La cuestión es que los que la sociedad considera como diferentes no han sido aceptados nunca. Ni antes ni ahora ni nunca. El diferente no gusta. Yo no sé por qué. Si te gusta ir a un bar diferente, te gusta ir a un restaurante diferente… ¿por qué las personas diferentes no gustan? Por miedo y por inseguridades propias, supongo.
Has dicho alguna vez que quieres que el teatro haga feliz a la gente…
Sí. Pero la felicidad puede llegar de muchas maneras. Puede llegar por la emoción, puede llegar por la reflexión… No sólo haciendo reír.
¿Crees que esta es la función del teatro?
El teatro tiene muchas funciones. Yo creo que, al fin y al cabo, el teatro lo que tiene que hacer es hacernos sentir vivos. Ya sea porque nos hace reflexionar, porque nos emociona, porque nos divierte… Tocarte. Si tú entras a un espectáculo y sales igual, es que no han hecho la función que tenían que hacer. Sea cual sea, el teatro te tiene que modificar. Es igual cómo. Creo que una obra de teatro que te hace enfadar ha hecho también su labor.