90 Navidades en 60 minutos, actores que envejecen en escena y la historia de cuatro generaciones de una familia sin cortes, cambios de escena ni telón. Tras el éxito de El llarg dinar de Nadal, el Maldà vuelve a programar este singular juego teatral de Thornton Wilder a partir del 22 de Enero.
Escrita en 1931 por Thornton Wilder, ganador de tres premios Pulitzer, El llarg dinar de Nadal nos transporta a la sociedad americana del siglo XIX y principios del XX a través de un fabuloso juego del paso del tiempo que permite mostrar, en una hora y sin cortes, 90 años de la vida de la familia Bayard. Una familia acomodada, propietaria de varias fábricas, con quien viviremos los cambios de hábitos y costumbres a lo largo de casi un siglo, la repetición de códigos de conducta generación a generación, la frustración por las pérdidas, la búsqueda de la felicidad y, sobre todo , el paso del tiempo.
«Es como un solo almuerzo sostenido, no hay ningún corte en escena, los personajes envejecen en el escenario», explica el director de la obra, Alberto Díaz, integrante de La Ruta 40, junto con Albert Prat y Sergi Torrecilla. «Es un reto interpretativo muy bestia y especial, en la segunda página ya han pasado 5 años!», Sigue. Los siete actores, que interpretan diferentes papeles de hasta cuatro generaciones, han hecho un trabajo físico «muy sutil, para no ir hacia la caricatura». En el texto original el autor propone un ejercicio de mimo, con un vestuario prácticamente negro y pelucas, «pero no le hemos hecho caso, hemos optado por trabajar los ritmos y una ligera construcción física que recuerde la vejez. Hemos revisado códigos que en 1931 fueron muy rompedores, pero que ahora toca renovar», añade Díaz. Además de este interesante juego de concentración y aceleración del tiempo, hay, por ejemplo, un juego con las puertas: una puerta de nacimientos, y una puerta de defunciones.
Un juego teatral singular a caballo entre el drama y la comedia que no es sólo la historia de una familia, explica Albert Prat, sino que también es la historia de una casa. «La obra se inicia con el primer almuerzo de Navidad en una casa nueva y se termina después de 90 años, cuando deciden marcharse de la casa». Es por eso, dicen, que el Círcol Maldà, situado en la antigua Casa Cortada, el Palacio del Baró de Maldà, es un lugar inmejorable para representarla. Por ello, y para que el Círculo lo gestionan Els Pirates, una compañía afín generacionalmente y que también está implicada en el movimiento de compañías jóvenes de Barcelona, que hacen piña para acercarse a nuevos públicos.
TEATRO ARTESANO Y DE PEQUEÑO FORMATO
La Ruta 40 es una compañía formada en 2011 que apuesta «por un teatro de historias y actores, artesano y de pequeño formato» y que ha llevado al escenario obras como Fa una mica de soroll a la Sala Atrium, To Ramona al Teatre Lliure o El cant de la Gorgona a la Seca-Espai Brossa.
Texto y fotos: Mercè Rubià