Antonio Tarantino es un artista italiano que empezó pintando y que ha acabado convirtiéndose en uno de los autores teatrales más peculiares y talentosos en lengua italiana. Su escritura es más abstracta que figurativa y es por eso que la poesía invade toda su obra y la hace todavía más universal. A Vespres de la Beata Verge nos muestra el dolor de un hombre que llora a su hijo mientras le están haciendo la autopsia. El texto es enrevesado y a ratos un poco críptico, pero está dotado de una humanidad que va más allá de las palabras. La dignificación del hijo por parte de un padre que no lo ha entendido nunca pone la piel de gallina, sobre todo si este padre lo interpreta un Oriol Genís que nunca ha brillado tanto como en este espectáculo. Su personaje trae el dolor y la tristeza escritos en el rostro, pero se trata de un dolor tan antiguo y tan universal que todos lo acabamos sintiendo cómo nuestro.
Hace unos años que este montaje pasó de forma fugaz por la Sala Beckett. Ahora que hay la oportunidad de volverlo a ver, no os lo perdáis . A pesar de ser un texto difícil, la dirección de Jordi Prat i Coll es rica y allana bastante el camino. Teatro recomendable al cien por cien.