Gabriele di Luca es uno de los dramaturgos italianos más exitosos, sobre todo por esta Thanks for Vaselina que escribió para su propia compañía, Carrozzeria Orfeo. Se trata de una obra gamberra y políticamente incorrecta que completa una trilogía, junto con Animales de bar y Cous Cous Klan. Según Sergi Belbel, director de esta propuesta, se trata de una «obra poligonera», a pesar de que a momentos recuerda incluso el humor salvaje y sin prejuicios de la serie británica Els Joves. Aquí se habla de drogas, de sexo, de alcoholismo, de ludopatía, de transexualidad, de veganismo, de síndrome de Down… pero sin ningún filtro ni ninguna autocensura. Todo esto provoca situaciones divertidas y otras de incómodas, mientras la trama avanza a un ritmo irregular hasta llegar a un desenlace forzado y un poco extravagante. No se puede negar que la parte interpretativa está muy defendida por unos seguros Lluïsa Castells y Joan Negrié, un energético Artur Busquests, una divertida Karin Barbeta -toda una revelación- y un correcto Joan Miquel Reig. Quizás hay momentos de una cierta sobreactuación, pero es difícil aguantar el ritmo de una propuesta como esta sin caer en excesos… En cuanto a la dirección, creo que Belbel se ha puesto al servicio de un estilo que pocas veces le hemos visto, y ha preferido pasar desapercibido detrás de un artefacto que, por sí solo, ya arrasa con todo.
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