Muchas veces, por mucho que una persona lo intente, las cosas van mal. No acaba de llegar la oportunidad profesional, el mundo parece que está en tu contra y ves que todo lo que deseas le llega a otra persona que, quizás, no lo quiere tanto como tú. ¿Lo peor es dejarse vencer o hacer todo lo posible para conseguir el objetivo marcado?
Fue en el 1983 cuando Sydney Pollack llevó a la pantalla la historia de Tootsie: un actor muy bueno, pero que no consigue llegar al éxito por qué no se adapta a las voluntades de aquellos que lo tienen que contratar. Con una imagen de persona difícil con la que trabajar, lo van rechazando en todos los castings hasta que un día, disfrazado de mujer, consigue un papel que lo llevará a ser reconocido. ¿El problema? Que por el camino puede perder aquello que le dé sentido a todo. Esta película se convirtió en musical en Broadway en 2018 y ahora ha llegado aquí.
Enfrente de este musical alocado –que difiere un poco de la película- está un Iván Labanda entregado y disfrutando todo el rato sobre el escenario. Con una habilidad especial consigue dar vida a este personaje neurótico y purista de su oficio, al mismo tiempo que muestra un amplio rango de voz y emociones con esta, aunque a veces el entusiasmo queda demasiado marcado. A su lado brilla, como ya pasó en Cantando bajo la lluvia, un Ricky Mata increíble que da al público alguno de los momentos cómicos más memorables de la obra. Es una suerte ver su crecimiento en el escenario, cambiando de personajes como si no hiciera ningún esfuerzo. En la parte femenina, Diana Roig es la compañera e interés amoroso del protagonista, y de una manera sencilla y fácil se come el escenario con una presencia escénica potente e hipnótica.
La producción es muy divertida, animada y con un libreto musical muy atractivo. La escenografía es una maravilla, y las transiciones se realizan rápidamente y con precisión para crear el marco idóneo para cada escena. Los músicos sobre el escenario es un auténtico acierto, da sensación de comunidad y proximidad, al mismo tiempo que permite una interacción real con la obra que suma a medida que avanza la trama.
Este musical es una propuesta muy potente para pasar un muy buen rato en el teatro, no pensar en nada más y dejarse llevar por la música y las situaciones más alocadas.