Un oscuro melodrama poético

Todas las noches de un día

Todas las noches de un día
18/05/2019

A pesar del desprecio que recibe a menudo como género teatral, el melodrama ofrece muchas más posibilidades de lo que la gente, en general, piensa. Todas las noches de un día es un buen ejemplo de cómo se puede jugar con sus reglas y expandir sus horizontes pero, al mismo tiempo, abrazar sin prejuicios su carácter emocional. La obra propone una oscura historia de amor confeccionada con inteligencia y unos magníficos diálogos que impregnan irremediablemente de tristeza y melancolía al espectador. Alberto Conejero, que ya demostró su valía como dramaturgo con la impresionante La piedra oscura, repite tono pero arriesga mucho más en este relato donde los recuerdos y el dolor son el motor de la narración. Quizás el gran mérito del espectáculo es saber combinar el melodrama con otros géneros como el thriller, elementos del terror y un cuidado lenguaje poético que enriquece la apuesta y hace que, ciertos pasajes, resulten un verdadero delicia de escuchar. El director Luis Luque también ha sabido cogerle con audacia el pulso al montaje, potenciando la atmósfera y las interpretaciones, terreno en el cual Carmelo Gómez nos regala un memorable recital actoral. Juzgada en detalle, podríamos considerar que lo mejor del texto es su poesía pero también la intriga que genera. Por este motivo, es una lástima que, llegados a cierto punto, se caiga en dar demasiadas explicaciones a cosas que quizás tenían más interés cuando formaban parte de un misterio a medio resolver. En cualquier caso, estamos ante un teatro de texto de alta calidad contemporánea que reconoce abiertamente las influencias clásicas de las que bebe sin perder ni un ápice de vigencia y modernidad.

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