Imprescindible narración de la realidad

Sucia

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Sucia → Espai Texas
21/05/2023 - Teatre Akadèmia

¿Y no hiciste nada? ¿Y no hiciste nada? ¿Y no hiciste nada? Una y otra vez esta pregunta que acusa y culpabiliza. Hecha por los otros. Formulada por una misma. El mismo día, semanas después, meses adelante, años después de aquel momento que marca y cambia una vida.

Bàrbara Mestanza narra en esta obra un abuso sexual, pero sobre todo cómo reacciona el alrededor de la víctima cuando esta agresión se comparte. Cómo reacciona la sociedad ante un hecho como este. La impotencia que siente la protagonista de la historia, la incomprensión y la culpabilidad que arrastra a lo largo de los años.

Basándose en su propia historia, Mestanza lleva al escenario un relato duro y crudo que provoca entre el público una incomodidad muy necesaria para poder sentir una ínfima parte de la emoción real de la protagonista. La obra apuñala, destroza y, al final, abraza a la espectadora. Especialmente a ella. Durante dos horas, que parecen cinco minutos, un suspiro, el público se ve a sí mismo y a los demás. En diferentes situaciones, en diferentes papeles, pero siempre deseando que nada de lo que está viendo en el escenario sea real. Pero lo es.

Mestanza demuestra una capacidad extraordinaria para trasladar una historia tan personal y dolorosa en un trabajo narrativo impecable. Con Pep Ambròs como compañero de escenario, y parte fundamental en el inicio del relato, consigue un binomio perfecto que recrea situaciones tensas y desagradables con una complicidad difícil de conseguir sin un compromiso total con el texto y su mensaje.

Los elementos audiovisuales utilizados desde que el público entra en la sala ayudan a explicar los hechos y a poner en contexto todo lo que se vivirá durante la representación. Entrevistas con profesionales, testimonios reales o momentos personales grabados en diferentes momentos vitales de Mestanza, conforman unas piezas clave para la composición perfecta de esta producción.

La realidad es que no es fácil ver esta obra, a la espectadora se le crea un nudo dentro del cuerpo que va creciendo poco a poco mientras los minutos y la historia van avanzando. Una inquietud y una falta de aire que no permiten sentirse libre ni tan solo horas después de salir del teatro.

Es una obra imprescindible. Da voz a una historia en concreto, pero podría ser la de muchas otras víctimas. Y ase tiene que hablar, conocer, afrontarlo y mostrar que estas personas que cargan este peso no están solas. Se tiene que remarcar la importancia de saber que se cree su relato y que cada una afrontar aquello que le pasa como puede y como le da la gana.

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