Obra con un gran contenido social y reivindicativo, es sorprendente por la puesta en escena y la originalidad. La trama se sitúa en el Hollywood de los años 20 y describe el abuso de productores y poderosos sobre las actrices que querían llegar a ser famosas. La complicidad colectiva, el miedo a perder todo, a no ser aceptada, a ser expulsada del circuito de la fama y, en definitiva, el miedo a no ver su sueño alcanzado, hacía que el silencio de las víctimas perpetuase el sistema. La protagonista de nuestra historia aprovechará, sin embargo, un momento de gran publicidad para defender a todas las mujeres y animarlas a no quedar silenciadas nunca más.
Yo no conocía la Compañía Escapade Theatre y me ha sorprendido muy agradablemente. Fue fundada por Sue Flack y Caspar en 1997, en Barcelona. Desde entonces reside en Catalunya y todas las producciones se han representado en España y dirigidas a público catalán o internacional. Producen todo tipo de obras y en muchas lenguas. Tienen un humor inglés ácido y crítico. Espero que algún día repitan “Decadence” de Steven Berkoff.
Un actor, Caspar y una actriz, Sue Flack interpretan todos los papeles. Las escenas se intercalan con recortes de películas de cine mudo algunas extraídas de los archivos de la historia del cine y otras grabadas ad hoc (Inma Alcario) de manera que en la pantalla del fondo podemos ver a veces lo que ensayan en el teatro o recortes de películas que muestran los miedos y deseos de los protagonistas de la historia.
Con pocos medios, cuatro muebles que entran y salen del escenario en los momentos oscuros de las proyecciones, unas luces adecuadas en los momentos puntuales (Tony Murchland) y una buena interpretación se puede conseguir un teatro de una gran calidad si detrás hay un argumento sólido e impactante como es el de esta historia.
La idea de Escapade Theatre es que sus montajes no dejen a nadie indiferente. Con Silence, lo consiguen.