Otra lección de Homar

Lluís Homar: Ricard III

Lluís Homar: Ricard III
12/06/2017

Era de prever que Xavier Albertí optara por una puesta en escena aséptica, fría y bastante estática, pero quizás no era tan obvio que el conjunto resultara tan insípido y carente de fuerza. Ricardo III, al igual que Macbeth y también Titus Andrònic, es un relato sanguinario y violento, servido por uno de los personajes más sibilinos y terribles de la dramaturgia universal. Sus actos, pero también sus medidas palabras, son maldad en estado puro. Por lo tanto, nada puede ser inocente ni blando en un montaje de esta obra, y en cambio en el TNC nos encontramos con un primer acto flojo, con escenas que rozan el ridículo (el asesinato del Duque de Clarence o los cabezudos que simulan a los hijos de Eduardo IV) y con algún episodio poco afortunado, como la conversación entre Ricardo y la Reina Elisabet. Aún así, hay aspectos positivos: la utilización de las grabaciones, todo el tramo final del segundo acto y, sobre todo, la lección interpretativa de Lluís Homar. Él solo salva la propuesta de Albertí y vuelve a demostrar que conoce muy bien el terreno que pisa, a veces incluso más que el director o el resto del reparto. Ya pasaba algo similar en Las brujas de Salem, y creo que este Shakespeare imperfecto lo ha vuelto a demostrar.

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