Una misa para un ídolo de masas

Requiem for Evita

Requiem for Evita
15/05/2018

Quizás puede parecer osado, pero alguien podría afirmar que este es un musical sobre la fe. A día de hoy, las religiones se han ido cerrando en sí mismas pero a la vez la gente ha establecido otro tipo de cultos. Necesitamos ídolos, alguien a quién venerar, y todos conocemos personas que creen ciegamente en Michael Jackson, Hugo Chávez, Madonna o Messi. Son celebridades que para algunos acaban suponiendo un referente, como en su momento lo fue Evita para miles y miles de argentinos. De hecho, se trata de un personaje único, contradictorio y tremendamente populista que habría acabado triunfando en lo que fuera. Y es que su personalidad estaba tocada por aquella varita mágica que coloca a ciertas personas por encima del bien y del mal.

El espectáculo de Jordi Prat i Coll no deja de ser una misa o acto litúrgico en el que tres personajes del pueblo, vestidos con chándal y bambas, veneran a su ídolo por encima de todo. Y lo hacen con canciones, con fragmentos de sus discursos y escritos, con anécdotas jugosas y con hechos históricos que nos ayudan a colocar al personaje en el momento que le tocó vivir. Y todo esto lo hacen tan bien, y con tanta gracia, que acabamos riendo y llorando a la vez. Acabamos identificándonos con estos tres pobres diablos, aunque no compartamos su objeto de devoción. Pero, por encima de todo, acabamos disfrutando de una dramaturgia excelente y de unas interpretaciones que destilan ganas de pasárselo bien y una profesionalidad a prueba de bombas. Anna Moliner y Jordi Vidal hacen dos creaciones increíbles, que con el brillante acompañamiento musical de Andreu Gallén acaban trascendiendo la sencillez de esta propuesta hasta convertirla en uno de los montajes indispensables de la temporada.

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