Raquel Gualtero vuelve al escenario con su nueva pieza Amaro, un trabajo de investigación corporal sobre el in crescendo y la capacidad de transformación. Su interesante propuesta corporal apuesta por movimientos abstractos, el uso del punto fijo y la idea del límite, mostrándonos las distintas formas y dinámicas que un mismo cuerpo puede adoptar. Resulta indispensable el trabajo del músico Rodrigo Rammsy, también en escena, y la potente iluminación de Arnau Sala construyendo un diálogo muy consciente entre las tres capas que trabajan al unísono.
La pieza nos invita a viajar y transformarnos con ella en esta progresión hacia una intensa catarsis final que tendremos que bajar con un chupito digestivo de amaretto al salir. Un viaje sin tregua, un empacho de movimiento, música y luz, una preciosa e hipnótica experiencia sensorial.