Raquel Gualtero propone con Amaro una nueva investigación de movimiento, con el acento puesto en el crescendo como progresión hacia una catarsis, y en la capacidad de transformación.
Sinopsis
Raquel Gualtero fue presentada en Hiroshima hace dos años con su solo Bruto, que destacó por un trabajo coreográfico depurado acompañado de una impresionante puesta en escena. Este año vuelve con una nueva investigación de movimiento, con el acento puesto en el crescendo como progresión hacia una catarsis, y en la capacidad de transformación. Gualtero ha colaborado con diferentes directores y coreógrafos como Àlex Rigola o Pere Faura, de los que se ha podido nutrir artísticamente antes de iniciar su camino como coreógrafa y emprender esta búsqueda de un movimiento propio y singular.