El grupo T de Teatre, que empezó a los años 90 con divertidos espectáculos de sketches y monólogos sobre el universo femenino, no ha dudado en ponerse en manos de diferentes autores y directores a lo largo de todo este tiempo en un loable afán de reinventarse. Así, después de Javier Daulte, Alfredo Sanzol y Pau Miró, llega el turno de Ciro Zorzoli que propone un ejercicio paródico de las diferentes prácticas escénicas, dinámico y muy entrañable… pero también incompleto. Se trata, quizás, de una de las propuestas más experimentales de este grupo de actrices que, en este caso, vienen acompañadas de los más que solventes actores Ivan Benet, Albert Ribalta, Jordi Rico y Marc Rodríguez. El espectáculo expone un abanico de manías, trucos, herramientas artísticas y costumbres del mundo de la interpretación en clave simpática y con momentos interesantes que, desgraciadamente, no van a ninguna parte. A pesar de su correcta elaboración formal, el montaje sufre cierto vacío de intenciones y de contenido. Además, se alarga innecesariamente usando fragmentos de Barranca abajo de Florencio Sánchez cuando, llegados a cierto punto, ya no tienen donde dirigirse. Como punto de partida, la idea era buena pero Zorzoli no ha sabido desarrollarla de forma satisfactoria. De este modo, el interés de la propuesta va progresivamente decreciendo, según avanza, y sólo remonta en puntuales salidas de tono y alguna reacción inesperada. Por todo esto, la sensación global es, inevitablemente, de una extraña indeterminación y de oportunidad perdida.
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