Cuando la realidad supera la ficción

Port Arthur

Port Arthur
18/07/2016

Quizás tocaría volver a hablar de teatro documental, tan de moda las últimas temporadas, pero creo que Port Arthur va algo más allá. A pesar de que transcribe partes de un interrogatorio real realizado en Tasmania en 1996, permite a Jordi Casanovas adentrarse en un género tan poco teatral, pero tan agradecido, como es el thriller. Una habitación preparada para interrogatorios, dos policías y un acusado que no sabe muy bien qué hace allí son los únicos elementos que se necesitan para servirnos una historia que, curiosamente, ya se desarrolló en la vida real cómo si fuera un guión cinematográfico. Es de suponer que el autor ha sacado las partes más pesadas para hacer crecer el misterio y el interés del espectador durante poco más de una hora, pero no se puede negar que los policías hablan como si fueran auténticos personajes y el acusado es un retrato a medias entre el psicópata, el enfermo mental y la víctima de un malentendido. A esto se tiene que añadir una interpretación muy creíble por parte de Javier Beltrán y Manel Sans, pero sobre todo una creación meticulosa y aterradora de Dafnis Balduz en el papel del supuesto asesino. Sus miradas y sus pequeños gestos -se pasa esposado toda la obra- nos recuerdan que es uno de los grandes actores jóvenes del momento y que sabe aprovechar muy bien oportunidades tan suculentas como esta. Casanovas ha acertado de nuevo con esto de los interrogatorios -ya lo hizo con éxito con Ruz/Bárcenas– y ha probado el gusto de los argumentos con tensión y misterio. Esperamos que tome notas para ofrecernos pronto alguna historia original con los mismos elementos e intentar, por una vez, que la realidad no supere siempre a la ficción…

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