Como un mecanismo de relojería...

Pel davant i pel darrera

Pel davant i pel darrera
02/12/2018

En los vodevils o comedias de enredos las puertas que se abren y se cierran son fundamentales en determinados momentos de la trama. En Pel davant i pel darrera están en la columna vertebral de la estructura dramática y acaban convirtiéndose en un elemento de virtuosismo escénico. Si sumamos las confusiones, las caídas, los gags gestuales y el teatro dentro de teatro… tendremos la clave del éxito de esta comedia que ya tiene 36 años, que ha sido traducida a 28 idiomas, que se ha representado en 50 países y que ha tenido muchísimas reposiciones. En Cataluña se ha visto varias veces, concretamente en el Teatro Condal (1985), en el Teatro Victoria (1996) y en el Teatro Borràs (2002). La versión que ahora nos ocupa es heredera de las dos últimas, con adaptación de Paco Mir y dirección de Alexander Herold, pero con un reparto totalmente renovado…

La gracia de esta comedia no es un tema que haya que descubrir aquí. Juega con varios estilos cómicos como el mismo vodevil, pero también la parodia, el humor absurdo y sobre todo el slapstick. Y lo hace a partir de tres partes diferenciadas que, a pesar de no mostrar una evolución demasiado ajustada de personajes y trama, funcionan por acumulación de gags y por un crescendo de batacazos, giros ingeniosos y desastres variados. Creo que la versión actual presta mucha atención a que todo funcione como un mecanismo de relojería, pero en cambio convierte los personajes en una especie de caricaturas que actúan movidas por la situación y no tanto por una coherencia interna. Sea como sea, auguro otro éxito importante… porque a pesar de las imprecisiones comentadas, el público busca diversión y aquí la tiene más que asegurada.

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