El 2 de febrero del 2010 el reciente inaugurado Almería Teatre estrenó lo que se convertiría en un auténtico fenómeno musical. Se estrenaba Pegados, una propuesta divertida, original y de pequeño formato que acabaría viajando a Madrid y que obtendría un éxito poco esperado. De hecho, estuvo varias temporadas en cartel, ganó dos premios Max de Teatro (uno de ellos al mejor musical del año) y diez años después se reestrenó con dirección de Alícia Serrat -creadora y actriz original- y Enric Cambray. Esta versión, protagonizada por unos jóvenes Iñaki Mur i Júlia Bonjoch, es la que podemos volver a ver ahora… con la perspectiva de los años, de pequeños cambios y de la nostalgia de un musical que arrancó muchas carcajadas hace más de una década.
Diez años después, cuando ya hemos visto otros musicales «gamberros» o descarados, es posible que esta propuesta sea una más… Pero si lo pensamos bien, su premisa sigue siendo un punto de partida muy singular. Es cierto que todo el resto está al servicio de la misma idea, y no la desarrolla en exceso sino que la viste o la adorna para conseguir hacer de ella un espectáculo completo. Otro de los aciertos es jugar constantemente con la metateatralidad, aspecto que llega a hitos muy importantes gracias a la interpretación de Gemma Martínez, la tercera en discordia. Ella es precisamente la que se lleva las escenas más hilarantes y alocadas.
Estamos, pues, ante una reposición necesaria y exitosa. Es cierto que algunas canciones parecen superar a los intérpretes por su dificultad, o incluso algunos recursos interpretativos parece que se inspiren demasiado en el modelo original, pero no se puede negar que el público sigue divirtiéndose de lo lindo y disfrutando de una idea que ha envejecido muy bien.