¿Por qué seguir representando las obras de William Shakespeare tras cinco siglos de su escritura? Existirán mil respuestas a esta pregunta pero la de Carla Rovira sería algo así como volver a las bases para volarlas por lo aires, recordar de donde vienes para dejar muy claro a donde pretendes llegar. Repetir el canon del teatro occidental hasta la saciedad no tendrá sentido si no somos capaces de reinventarlo. La fierecilla domada es posiblemente una de las obras más misóginas del dramaturgo inglés, aunque el resto de sus obras también estén cargadas de citas machistas, figuras femeninas ridiculizadas y tantas otras joyas del pensamiento heteropatriarcal.
El gran valor de está adaptación de Parking Shakespeare, titulada L’amansi(pa)ment de les fúries, está precisamente en su capacidad de analizar la tremenda violencia que reside en este tipo de relatos que forman nuestro imaginario colectivo para denunciarlo, darle la vuelta y construir así algo nuevo. Conforme avanza la obra, la visión de Shakespeare, presente como narrador y público, va perdiendo poder a favor de la visión de la directora. De este modo, la trama se vuelve cada vez más interesante hasta estallar en un clímax magnífico que resume el discurso de esta adaptación. Resulta especialmente interesante la doble capa de este discurso, ya que además del feminismo también aborda el clasismo a través de los personajes de las criadas, destapando el sinsentido del feminismo liberal. Lo siento Inés.
El ritmo ascendente, el discurso directo y sin concesiones y unos intérpretes entregados hacen de esta adaptación del clásico de Shakespeare una de las obras imperdibles de este Festival Grec 2019, que merecidamente cerrará el festival en el mismísimo Teatre Grec el próximo 31 de julio.