En cada guerra hay mil historias desconocidas, llenas de horror, dolor, soledad y tristeza. La Guerra Civil está llena de relatos de personas que fueron al frente o se quedaron en casa sufriendo las batallas, el hambre y la represión, al mismo tiempo que esperaban no perder la esperanza.
Pepe Castells Pubill es uno de aquellos jóvenes que sin llegar a la veintena había estado reclutado a finales de 1937 para ir al frente para luchar contra el alzamiento de Franco. Sus vivencias, la añoranza a su familia, la solitud que le envuelto y lo atrapa, el hambre que sufre y la guerra cruenta y despiadada que no acaba quedan reflejadas en un dietario que decide escribir cada día para dejar un testimonio vivo. En esta obra, el nieto de Pepe empieza a buscar y conocer a su abuelo a través de estos relatos en el infierno.
En un escenario que simula un taller, un pintor está retocando un cuadro enorme sobre unos parajes que reflejan unos recuerdos amargos que están a punto de representarse. En medio de las telas, los colores y los pinceles, el protagonista narra la historia. Una escenografía estudiada y muy emotiva en su sencillez uqe crea un marco especial y muy íntimo para el relato.
Un texto difícil y complejo que trama perfectamente los momentos históricos con las palabras de Pepe. Sin obviar el entorno, expone de manera dura y clara las sensaciones del narrador. Unas emociones que están brillantemente interpretadas por Pau Vinyals. En ocasiones cuesta aguantar la crueldad con qué Vinyals se desgarra por dentro para revivir ante el público la realidad de la guerra. Este trabajo tan intenso para dar voz a las palabras se traslada con el cuerpo, pero sobre todo con la mirada del intérprete que muestra como Pepe pierda la juventud y la esperanza cada vez que escribe en su dietario.
A pesar de la dureza durante toda la guerra, lo más impactante de todo es aquello que les queda a las personas que han sobrevivido. La miseria que han visto y vivido las acompaña el resto de su vida y esta producción no quiere silenciarlo. Es necesario homenajear a los que sufrieron todo aquel horror, pero también dejar claro que no acabó ahí y que además de vencido también quedaron apedazados para siempre.