Non solum es una pieza escénica de gran calidad interpretativa y conceptual, protagonizada por Sergi López, dirigida por Jorge Picó y escrita a cuatro manos por ambos. La obra se presenta como una propuesta de teatro existencialista, en la que el humor absurdo, la palabra, el gesto y el movimiento se combinan para explorar la identidad, la soledad y el sentido de la vida. El actor interpreta a múltiples personajes, en un diálogo constante y frenético consigo mismo, con una gran versatilidad expresiva que oscila entre la comicidad y la profundidad filosófica.
La escenografía es mínima pero eficaz: un espacio desnudo que permite focalizar toda la atención en el cuerpo y la voz del actor. La dirección acompaña con sutileza el virtuosismo interpretativo de Sergi López, ofreciendo un ritmo incesante y, al mismo tiempo, sostenido que mantiene al público inmerso en una propuesta inteligente y original, a pesar de los 20 años de vida de un texto estrenado en el Temporada Alta 2005. No puede esconder ciertas arrugas propias del paso del paso.
La obra comienza de forma aparentemente sencilla pero muy efectiva. El protagonista hace diálogo con un aparente monólogo inicial. Jugando con la sorpresa y el humor hace aparecer múltiples personajes que parecen habitar en su interior, a partir de un equívoco azaroso. Un mismo cuerpo acaba representando una gran diversidad, y la conversación se convierte en esquizofrénica, ágil e incluso surrealista. Se introduce el absurdo, el juego verbal y la reflexión profunda disfrazada de comedia. Se rompe con facilidad la cuarta pared y se genera complicidad con el público, que acaba planteándose lo diferentes que son las cosas según la perspectiva con la que se miran.
Sergi López, conocido por su trayectoria cinematográfica tanto en Cataluña como en Francia (El laberinto del fauno o Harry, un ami quien vous veut du bien, entre otros), tiene una formación teatral sólida iniciada en el Instituto del Teatro de Barcelona y consolidada en el país vecino (Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq, en París, donde conoció justo). Se estrenó como autor y actor un ya lejano 1986 con Brams o la Kumèdia dels herrors, una obra concebida, dirigida e interpretada conjuntamente con Toni Albà. Pese a su éxito en la pantalla, nunca ha abandonado los escenarios. Non Solum es el fruto de esta fidelidad en el teatro, una apuesta personal que refleja su capacidad para conectar con el público a través de un lenguaje escénico cercano y universal.
En definitiva, Non Solum es una pieza singular, inteligente y sensible. Un homenaje al teatro esencial que corre por las venas de un actor verdaderamente comprometido.