Camino roto hacia la memoria

Nessun Dorma

Nessun Dorma
02/07/2023 - Sala Beckett

Conservar la memoria es muy importante y recordar a aquellos y aquellas que padecieron en el pasado y que pasaron cosas inimaginables, también. Una deuda pendiente que hay en la sociedad es desgranar con honestidad las acciones y consecuencias de la Guerra Civil y la siguiente postguerra. Historias que si no se recuperan y explican, parece que no se hayan vivido.

Esta es la narración de una autora teatral que quiere plasmar en su nueva obra la historia de su familia, hija de una mujer de la limpieza precaria y nieta de una mujer que en los años cincuenta donaba sangre para conseguir un cesto de comida. La hija se ve en la obligación de relatar todo lo que pasó su abuela para que no se silencien las miserias que llenaron la postguerra. Momentos y acciones que no se explican, como si fuesen un mal menor para sobrevivir mientras otros sacaron provecho.

Con una estructura muy interesante al principio, Eu Manzanares va narrando paralelamente las visitas de la abuela a los laboratorios donde da sangre con la relación que tienen madre e hija en la actualidad. Las conversaciones donde la hija intenta hacer abrir los ojos a su madre sobre cómo la tratan las señoras para las cual limpia y las enrabiadas de ella, se van combinando con una abuela valiente que aún sintiéndose desesperada intentará no perder la dignidad ante aquellos que le compran la sangre con comida.

Una historia que engancha, de la cual la espectadora quiere sabre más detalles y adentrarse en este episodio de la postguerra que no conocía. Pero el texto se encalla y se desvía hacia otro camino y deja con ganas de saber más. En un momento dado el relato abre otro camino, el de la construcción y elaboración de la obra teatral. De golpe la autora empieza a explicar las dificultades con las que se encuentra para poner orden a aquello que quiere transmitir en su obra. Y entonces hay tres caminos a seguir por la espectadora: la abuela en los años 50, la relación madre e hija en la actualidad, y la aventura dramatúrgica de la autora. Y es esta última la que desestabiliza al resto. Una narración que había sido sólida y muy atraiente, se rompe y deja un poco descolocado al público que se había entregado totalmente al relato anterior. Y es una pena.

Aún con eso, esta producción tiene uno de sus mayores exponentes en el reparto maravillosos que la conforma: Anna Barrachina, Queralt Casasayas, Tai Fati, Pep Ferrer y Júlia Truyol. La conexión que se establece entre los/las intérpretes y sus personajes es total, transmiten con cada interacción emoción y pasión.

Barrachina conmueve y emociona con su fuerza y determinación como mujer que lo ha dado todo durante su vida, que prefiere ver las buenas intenciones y el amor por encima de cualquier maldad. Para Casasayas no hay papel que se le pueda resistir, contenida y con un dolor latente en cada mirada en su papel de abuela traspasa el corazón de cada espectadora. Sus personajes son las joyas de esta obra, en fondo y forma.

Con el Nessun Dorma en la cabeza para los próximos días y una mezcla de rabia, tristeza y emoción por la historia, esta producción abre la puerta a otro capítulo de la historia reciente escondido y obviado. Hay más y se les tiene que abrir camino.

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