Ecléctica y desconcertante

Moustache, The Rhythm Musical

Moustache, The Rhythm Musical
14/12/2016

Nadie sabía demasiado bien que nos depararía el último musical de Coco Comín, y lo cierto es que el resultado ha sido todavía más desconcertante y ecléctico que cualquier previsión. Hay canciones originales, canciones versionadas, coreografías de muchos estilos… pero todas pasadas por el claqué o tape dance. Hay un personaje principal al estilo de Pee-Wee Herman y una ambientación -y más de un guiño- que nos acerca al Moulin Rouge de Baz Luhrmann. Todo ello, una mezcla curiosa aliñada con un humor simple y de trazo grueso.

Es cierto que Moustache puede convencer por su ritmo trepidante, por la excelente producción, por unos buenos cantantes y, sobre todo, por unas coreografías y unos bailarines que lo dan todo y más. El problema principal, al menos para mi gusto, es la carencia de dramaturgia. Sí que hay una historia y un comienzo al estilo de Flor de nit o El fantasma de la ópera, con un teatro derruido que pronto veremos resurgir de las cenizas. Lo que pasa es que enseguida nos olvidamos de la historia y no es hasta la segunda parte -una hora y media después- que empezamos a ver los conflictos reales de los personajes. Unos diálogos poco creíbles y una resolución apresurada tampoco ayudan al conjunto, a pesar de que a ratos encontramos momentos de gran musical, como el número ambientado en África o la larga parodia de la Reina Victoria. De hecho, Moustache funciona más como una de aquellas revistas o musicales antiguos, donde lo más importante era la sucesión de números potentes… y no tanto la historia ni el argumento. Si vais con esta idea, la podréis disfrutar bastante y no os llevaréis ningún desengaño.

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