Hay un tipo de actor y/o creador que puede explicar lo que sea, de la manera que sea, y dejarte completamente convencido. Puede ser por su magnetismo, por su capacidad comunicativa o por la originalidad a la hora de explicarse. Ernesto Collado se enmarcaría, sobre todo, en las dos últimas opciones. En Montaldo, precisamente, el actor utiliza una historia interesante pero la deja cuando quiere, la abandona en medio de la carretera, y la recoge un rato después para seguir el viaje de esta «road-tale» tan peculiar. Poco importa la premisa original, y mucho más la forma o los personajes «freaks» que van apareciendo aquí y allá (el camionero-mofeta, la chica que abraza sin brazos, los hombres disfrazados de jabalí, etc). Recomendable para los que les gusta que les cuenten historias que rozan el absurdo, y también para todos los fans de Collado, que son ya un buen grupo… Puedo asegurar a estos últimos que Montaldo no les decepcionará.
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