Ácida comedia sobre la generación precaria

Monopoli

Monopoli
01/02/2022

No hay nada más gratificante que reírte de las miserias e injusticias que te atraviesan. Si perteneces a la generación que se introdujo en el mercado laboral tras la crisis del 2008 (o al menos lo intentó), si eres una víctima más del despiadado mercado del alquiler en Barcelona, si llevas la palabra precariedad tatuada en la frente o si has tenido la increíble suerte de librarte de todo esto, pero te enerva el sinsentido al que este sistema capitalista nos ha llevado, esta comedia es para ti.

Montse y Pol son una entrañable pareja que, a pesar de no ser tan jóvenes, el sistema les condena a vivir en este país de nunca jamás, tratándolos como eternos jóvenes y recordándoles que un trabajo estable y una vivienda digna son puras utopías del pasado. Cuando reciban el aviso de que su casera no quiere renovarles el contrato de alquiler tendrán que aventurarse, una vez más, a la búsqueda de un nuevo alquiler en Barcelona.

La desesperación y rabia que se experimenta en esta situación y generación es algo con lo que empatizamos al instante, gracias a unas fabulosas interpretaciones de Eduard Buch y Sara Espígul (y posiblemente a la desgracia de haberlo vivido en carne propia). De este modo, esta carismática pareja nos lleva de la comedia al drama mientras juegan una partida de Monopoly. Preciosa metáfora que funciona como hilo conductor de la obra y en el que quizás se incida demasiado hacia el final de la obra.

En cualquier caso, esta maravilla escrita por Mar Monegal y que merecidamente ganó el X Combate de Dramaturgia de Temporada Alta 2020, es una de esas joyas del teatro de pequeño formato que se merece todos los aplausos que está recibiendo por su calidad dramática, su destreza cómica, su maravilloso triple final y su capacidad de hacer una denuncia social clara sin caer en victimismos ni en discursos panfletarios. Bravo, bravo ¡y bravo!

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