Ensayo sobre la hipocresía

Misántropo

Misántropo
05/12/2014

Alcestes es uno de los grandes personajes del teatro universal, pero es cierto que el acartonamiento con que se representa a menudo a Molière hace que nos olvidemos de su importancia y su contemporaneidad. Miguel del Arco, buen director y mejor adaptador, nos coloca muy hábilmente el Misántropo de la función en medio de una fiesta banal llena de hipócritas, corruptos y artistas de poca monta. Aunque se resiente de algunas herencias de la original, la contundencia y eficacia de la propuesta se imponen desde el primer minuto. Del Arco lo ha vuelto a conseguir; igualó la proeza de La función por hacer, e incluso se ha colocado por encima de Un enemic del poble, que ya se vio la temporada pasada y que volverá de nuevo en el Lliure a finales de mayo.

La calidad del reparto es incontestable, y la habilidad de actores y director para conseguir la complicidad del público está fuera de duda. Puede parecer fácil contemporanizar un Molière y hacerlo atractivo a los espectadores de ahora, pero con anterioridad hemos visto muchos que lo intentaban (por ejemplo, Georges Lauvadant en el TNC hace unos tres años) y que acababan estragos con todo el equipo. No es el caso de esta versión, recomendable por su fuerza, su brillantísima ejecución y la acertada puesta al día de un clásico en mayúsculas.

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