Toda obra de teatro con aspiraciones profundas tiene como objetivo exponer, a través de uno o varios personajes, alguno de los misterios del mundo en que vivimos. Apostando por una trama coral, si una cosa tiene clara Magnetismes (Magnetismos) es aquello que nos explica: existen ciertas atracciones que son más fuertes que la voluntad humana. La historia, escrita por Elisenda Guiu, muestra tres situaciones aparentemente aisladas que, poco a poco, irán desvelando que tienen más puntos en común de lo que parece a primera vista. El espectáculo está construido con ciertos convencionalismos e, incluso, algún tópico pero tiene la habilidad de traer sus puntos de partida a lugares más o menos inesperados, elevando el grado de interés y los niveles de originalidad. Los intérpretes hacen su trabajo sin destacar especialmente y la puesta en escena es sobria pero efectiva. Quizás la ligereza de su tono banaliza en parte los dramas que nos cuenta y, por lo tanto, hubiera funcionado mejor si se hubieran planteado de forma más cruda, sin humor; un poco en la línea del estado de ánimo de sus protagonistas.
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